Ataques de ansiedad y FISIOTERAPIA

La ansiedad es un sentimiento normal en la vida diaria, pero que aparece de forma episódica y transitoria. Cuando una persona tiene un trastorno de ansiedad, la frecuencia de estas preocupaciones y miedos intensos se hace mucho más fuerte, a tal punto que termina convirtiéndose en un miedo intenso, excesivo y persistente que puede afectar nuestro día a día. En los trastornos de ansiedad, aparecen episodios de sentimientos repentinos de extrema ansiedad, miedo o pánico intenso que en cuestión de minutos pueden terminar imposibilitando a la persona de reaccionar. Los ataques de pánico o crisis de angustia son el factor de riesgo al que hay que trabajar para reducir e ir eliminando.



¿Cuáles son los síntomas más comunes de un ataque de ansiedad?

Las personas que sufren un ataque de ansiedad tienden a sufrir sensaciones intensas de nerviosismo, agitación o tensión. También puede que tengan la percepción de que se avecina un peligro inminente, alguna catástrofe o pánico ante un evento peligroso y dañino e inminente.

A nivel físico, hay un aumento notable del ritmo cardíaco; respiración acelerada; sudoración; temblores; debilidad o cansancio; y problemas para conciliar el sueño.

El trastorno de ansiedad genera numerosos factores negativos en las personas, pudiendo afectar el sistema gastrointestinal, complicaciones para mantener la concentración o incluso imposibilidad de controlar las preocupaciones o cualquier acción que genere un mínimo de ansiedad y termina detonando acciones nerviosas de alta intensidad.

Ansiedad en niños o adultos por igual

El trastorno de ansiedad no es una enfermedad que distinga entre niños o adultos, sino que puede manifestarse por igual en personas sin diferenciar el rango etario. En el caso de los niños, por ejemplo, muchas veces viene asociado a altos niveles de presión por rendimientos escolares o deportivos, o por traumas ocasionados por un accidente o algún evento traumático del que fueron partícipes o testigos.

En adultos, las preocupaciones diarias son las que tienden a generar picos de estrés. Sea el trabajo, las relaciones interpersonales o los deseos de mejores condiciones de vida o trabajo. También hay un fuerte incremento del estrés laboral y los episodios de ansiedad ante la seguridad o la salud, sea de uno mismo o de familiares o amigos cercanos.



El factor negativo de las redes sociales

En los últimos años, los estudios científicos demuestran que las redes sociales y un mal uso, o abuso de ellas, pueden terminar generando importantes cuadros de trastornos de ansiedad. La generación millennial es la que más propensión tiene a sufrir trastornos de ansiedad, debido a que se trata de personalidades que están en extrema necesidad de verse reafirmados por la opinión y los ojos del otro.

Esto lleva a que se genere una mayor tensión y ansiedad al intentar agradar, ser aceptado y reconocido en las redes sociales. En comparación con otras épocas, los últimos diez años han tenido un incremento notable en todo lo que se refiere a trastornos de ansiedad. Por este motivo, la clave está en mejorar la forma en la que hombres y mujeres enfrentan la ansiedad y la canalizan, buscando así reducir y evitar los efectos negativos de este tipo de trastornos mediante fisioterapia y otras alternativas.

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