Aprendiendo

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Sabemos que la realidad depende de los ojos con que se mire. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué dos personas ante situaciones parecidas actúan de manera tan distinta? O ¿por qué esa persona que ha vivido situaciones a priori tan “desastrosas” continúa siendo feliz? He aquí la cuestión, porque pensamos de forma diferente.
Leí en cierta ocasión un estudio sobre la artritis reumatoide que exponía los casos de dos mujeres con la misma edad (73 años). Ambas presentaban similares variables y condicionantes de vida, el mismo grado de deterioro o deformidades, no estando afectados los órganos vitales y siendo los resultados de las pruebas prácticamente iguales. Lo que diferenciaba un caso del otro era la capacidad o incapacidad funcional. En el primer caso (llamémoslo A) la mujer se sentía totalmente incapacitada, tenían que ayudarla a vestirse, a caminar, a ducharse y expresaba niveles altos de dolor. Por contra el caso B, con la misma enfermedad, los mismos resultados, la misma medicación, no solo tenía plena autonomía para vestirse, ducharse o comer, sino que realizaba múltiples actividades sociales como bailes de salón, paracaidismo, etc.
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Observé con curiosidad que al preguntar a ambas por sus dolores y por cómo afectaban en sus vidas, la mujer A daba todo tipo de detalles sobre cómo eran sus dolores, partes del cuerpo donde se reflejaba más, intensidad, comportamiento que tenía el resto del día según el dolor que experimentaba por las mañanas, y un largo etc. En cambio la mujer del caso B fue muy escueta, explicó que no le gustaba dedicar mucho tiempo a pensar en el dolor, que efectivamente tenía dolores pero que los suplía haciendo cosas divertidas y que le gustaban.

El foco de atención de las dos mujeres está diferenciado: una centra toda su atención en el dolor, recreándose en él, mientras la otra intenta esquivar el tema del dolor dirigiendo su foco atencional hacia actividades placenteras y que le transmiten positividad. ¿A qué prestas atención? ¿Dónde colocas tu foco de atención? ¿Hacia dónde lo estamos dirigiendo?
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Actualmente se realizan numerosos estudios en los que se observa que la realidad es la que cada uno de nuestros cerebros forma dependiendo de nuestra manera de procesar la información que recibimos del mundo. Lo que parece estar claro es que nuestro cerebro tiene plasticidad y, explicado de forma muy general, esto significa que continuamente estamos aprendiendo. Específicamente, la plasticidad neuronal es un cambio estructural y funcional en el sistema nervioso producido por una experiencia o la reaparición de un daño.
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Podemos ser lo que deseemos siempre que estemos dispuestos a modificar nuestros caminos neuronales. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase “yo soy así”? Un egocentrismo mal entendido sin duda. Pues bien, la pregunta que debemos empezar a hacernos es ¿para qué me sirve ser así? Y ¿cómo quiero ser a partir de ahora? ¿cómo me gustaría sentirme?… Vamos a comenzar trabajando aspectos que son fáciles aunque requieren compromiso y práctica. Son objetivos que pueden conseguirse a medio-corto plazo. Si os diésemos una tarea difícil podríais
desecharla y frustraros por no conseguir cambios.
Si yo te digo: “En un año debes conseguir llegar a Director” y aún no eres ni empleado, te lo estaría poniendo difícil y la sola idea te echaría para atrás. Así que te digo: “Vayamos paso a paso”. Comencemos por crear un espacio en nuestra casa al que llamaremos “Nuestro Rincón Apacible”, donde nadie nos moleste, donde vamos a iniciar el nuevo sendero para sentirnos cómodos en ese lugar, para disfrutar de nuestros momentos en soledad, donde podamos respirar y ser conscientes de que respiramos… Adornaremos este lugar con velas, incienso, fotos, lo que deseemos y que nos haga sentir que esa zona es nuestra. Daremos nuestra esencia a este espacio y cada día buscaremos un tiempo para permanecer en este lugar, un tiempo para permanecer con nosotros.
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En nuestro “Rincón Apacible” podemos meditar, leer, escribir, dibujar, realizar collages creativos, visualizar, proyectar… y acometer todas aquellas actividades que nos hagan sentir bien. Una de las acciones de recarga que puedes realizar en tu “Rincón apacible” es el Diario de Descubrimientos Ilustrado. Se trata de elegir un cuaderno con las páginas en blanco. Este cuaderno lo dividiremos en varios apartados. Rotula cada apartado con los siguientes títulos:
“Emociones”: En este apartado escribe todos los aspectos positivos que van a ocurrirte una vez comiences a trabajar contigo. Refleja cómo te sientes, qué comienzas a experimentar, las emociones que vas a empezar a vivir y sentir. Es importante que sepas que solo podrás reflejar emociones positivas. Si necesitas escribir y sacar emociones que te están haciendo daño hazlo, pero utiliza un folio en blanco y cuando hayas terminado realiza el acto simbólico de romper o quemar esa hoja para que esa emoción desaparezca de tu vida.
“Las fotos de mis mejores momentos”: Selecciona cuáles han sido las fotos más importantes de tu vida y pégalas acompañadas de algún comentario o frase que te inspire.
“Regalos de vida”: Comienza a prestar especial atención, a observar y plasmar en este apartado todas esas frases, mensajes o correos que nos dicen o nos llegan cada día y que nos tocan de una forma especial, haciéndonos sentir muy bien.
“Proyectos e ilusiones”: Diseña tu vida ideal, todas aquellos proyectos que siempre has querido realizar y todos los objetivos que te gustaría conseguir.
“Afirmaciones”: Escribe las afirmaciones que a lo largo de estos capítulos vas a ir creando y todas aquellas que lleguen a ti y sientas que pueden ayudarte.
“Agradecimientos”: Apunta todos los motivos que tienes para estar agradecido en tu vida y nuevos motivos llegarán a ti.
“Logros”: Anotaremos en este apartado los pequeños logros que empieces a conseguir, que te conducirán, casi sin darte cuenta, a grandes logros y muchas satisfacciones. Refleja las pequeñas cosas que consigas por muy insignificantes que te parezcan y felicítate y gratifícate por ellos.
Comienza a trabajar en tu Diario de Descubrimientos Ilustrado, todos los días, reflejando en él tus progresos. No es necesario que cada día trabajes en todos los apartados. Elige cada día al menos uno y regálate un tiempo contigo para realizarlo. Este trabajo te ayudará a adaptarte a los cambios que se empezarán a producir en tu vida y te mostrará lo que vas consiguiendo, mientras sigues este programa sorprendiéndote de los resultados que con él obtendrás.
Seamos sinceros, el proceso de crecimiento personal no es tarea fácil, no es ni mucho menos un camino de rosas. Es un proceso que, al principio y hasta que cogemos práctica, es difícil, sobre todo porque no estamos acostumbrados a trabajar con nosotros mismos y menos diariamente.
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