Hoy el 38% de los pacientes pertenecen a países ricos, sin embargo, la tendencia es que en tres décadas el 71% se sitúen en países pobres o de economía moderada.
En aumento
Según un informe de la organización Alzheimer"s Disease International (ADI, el aumento en la expectativa de vida en los países pobres y de ingresos medios, especialmente en el sudeste asiático y en África, es la razón principal de este aumento global.
Aseguran en este informe que la mayoría de los gobiernos no están preparados para lidiar con esta situación, y que es esencial que la Organización Mundial de la Salud haga de la demencia una prioridad para que el mundo se prepare para hacer frente a esta situación.
De acuerdo con los datos de la organización, unos 44 millones de personas padecen hoy en día la enfermedad (en España 1,2 millones), cifra que se multiplicará por tres en menos de 40 años para llegar a los 135 millones de personas las que sufran este serio deterioro de las funciones mentales que afecta a la memoria, el lenguaje, la orientación y el juicio. De estos, el 71% de los pacientes de demencia vivirán en países de renta media o baja.
Para la ADI es una epidemia global que va a empeorar, dado que el número de personas ancianas se incrementará exponencialmente en el futuro, además, de que la demencia está convirtiéndose a toda velocidad en uno de los grandes retos esta generación en cuestión de salud y asistencia social.
Para esta organización la investigación podría poner coto al número en aumento de pacientes con demencia ya que intervenir a tiempo puede retrasar el comienzo de desarrollo del Alzheimer en 5 años y reducir a la mitad el número de personas que mueren con la enfermedad, lo cual cambiaría la vida de millones de personas", añade.
¿Qué es la demencia?
La demencia es un término muy amplio que describe un deterioro serio en las funciones mentales de un paciente, tales como la memoria, el lenguaje y el juicio.
Hay muchos tipos pero el mal de Alzheimer representa dos tercios de los casos de demencia y es el más conocido.
No hay cura para ningún tipo de demencia. Los medicamentos tan sólo pueden reducir algunos síntomas pero no eliminan la enfermedad.
Pueden pasar hasta diez años en que las células de un cerebro se van destruyendo hasta que el paciente comienza a sufrir sus síntomas.
Queda mucho por descubrir, pero se sabe que la enfermedad es más común en edades avanzadas, aunque se desconocen los factores desencadenantes de los cambios característicos que se producen en el tejido cerebral de quienes la padecen. Se sabe que estos cambios cerebrales están asociados al envejecimiento, pero también que no son parte del proceso normal de envejecimiento. En algunos casos, estos cambios se producen a una edad relativamente temprana.
Aunque se cree que la genética puede jugar un papel, son raros los casos en los que una anormalidad genética es causa de la enfermedad. La opinión general es que los genes únicamente contribuyen a aumentar la susceptibilidad de una persona a padecer la enfermedad. Parece que, al menos en algunos casos, hay factores ambientales que contribuyen a desencadenar la enfermedad.
Lo que está claro es que la enfermedad de Alzheimer no es infecciosa y que no está causada por un infra o sobreuso del cerebro. Aunque a veces la enfermedad se manifiesta tras un periodo de estrés o preocupación, no se cree que estos estados emocionales sean su origen. Tampoco se cree que un traumatismo o una operación puedan desencadenarla. En ocasiones se ha dicho que la dieta o que algunas deficiencias hormonales pueden contribuir a su desarrollo, pero la mayoría de los especialistas no aceptan esta propuesta, como tampoco se acepta la idea de que el aluminio en la dieta puede tener algo que ver.
Así pues, todavía hoy no se conoce la causa principal. Sí se sabe que se trata de una enfermedad edad-dependiente -es decir, es más frecuente cuanto mayor se es- y que existen muchos factores que influyen en su génesis.
Sin cura por el momento
Si bien los científicos aún no logran ponerse de acuerdo sobre los orígenes de esta enfermedad, investigaciones preliminares sobre el tema sugieren que algunas estrategias para mantenerse saludables a medida que se envejece reducen el riesgo de desarrollar el alzhéimer. Varios estudios le dan un gran valor al continuar aprendiendo a lo largo de la vida y al hecho de tomar parte activa en actividades que son mentalmente estimulantes.
Existe evidencia clínica que sugiere que las funciones mentales y físicas pueden mejorar con la actividad física aeróbica. Algunas recomendaciones saludables incluyen el disminuir los niveles de colesterol, controlar la presión arterial, el peso y la diabetes y ejercitar el cuerpo y la mente.
El curso de la enfermedad no es igual en todos los pacientes. De esta forma, el alzhéimer puede avanzar más rápido en algunas personas. Además, nadie va a experimentar todos los signos y síntomas de ella.
La enfermedad va progresando de manera gradual, y es muy raro que coincida, exactamente, con cada una de las tres fases (leve, moderada y grave), pero van desde ligeras alteraciones en el uso del lenguaje, dificultad reiterada para recordar hechos importante, dificultades para tomar decisiones a desorientación, torpeza al caminar, dificultad para la realización de las actividades de la vida diaria o dificultad para comer, comprender, incontinencia total o problemas de comportamiento o respiratorios en la última fase.
No existe actualmente un tratamiento farmacológico curativo de la enfermedad. Sí hay, en cambio, tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que aminoran la velocidad de progresión de la enfermedad si el estadio es aún temprano.
Existen cierto tipo de medicamentos aprobados para ayudar en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Algunos medicamentos pueden ayudar a retardar temporalmente la pérdida de la memoria en algunas personas y otros ayudan al tratamiento de los síntomas emocionales y del comportamiento.
Adicionalmente, puede llevarse a cabo una intervención en la salud mental del individuo que vaya más allá del tratamiento con medicamentos y de las restricciones usadas en el tratamiento de la agresividad asociada con la enfermedad.
Sí, existen diversas técnicas de fisioterapia, de terapia ocupacional y aprendizaje que permiten a los enfermos de alzhéimer realizar diversas tareas más o menos complicadas que no serían posibles sin estas técnicas especiales.