Aunque en la mayoría de los casos podemos estar en lo cierto, existen numerosos insectos y microorganismos que viven en nuestro huerto y que sí son signo de que lo estamos haciendo bien.
La mariquita, por ejemplo, es uno de los insectos más beneficiosos para nuestro huerto o jardín, y por eso debemos hacer todo lo posible por atraerla hasta él o permitir que se quede.
Aquí te contamos todo sobre ella.
Tan alegre como sus colores
Son pequeñas, de cuerpo redondo y muy alegres. Sus colores vivos componen la gama de los rojos, amarillos y naranjas, color al que acompañan unos pequeños puntos negros sobre su caparazón.
Además de cálidas en su aspecto, la mariquitas son muy amables contigo y tu ecosistema. De hecho, este pequeño insecto que mide entre 4 y 7 milímetros de longitud puede ser la delicia de tu jardín, ya que se alimentan de numerosas plagas de insectos perjudiciales para tus cultivos.
Las mariquitas cuentan con alas que les permiten saltar de planta en planta y actuar como repelente de plagas en la zona donde estén.
Beneficios de tener mariquitas
Si tienes plagas como pulgones, ácaros, cochinillas, orugas o trips, recibir a las mariquitas te librará de ellos, pues se alimentan de todos ellos. Por eso son unos excelentes controladores de la población. De hecho, una sola mariquita adulta puede llegar a devorar hasta 150 pulgones en un solo día.
Una mariquita puede llegar a vivir hasta 1 año, por lo que con cada ejemplar nos aseguramos un aliado en el jardín durante bastante tiempo.
Hibernan durante un tiempo, pero suele coincidir con el tiempo en que menos especies aguantan el clima por las heladas, por lo que estarán despiertas y realizando su nuevo ciclo en cuanto empieces a plantar nuevas semillas.
Por todo esto, podemos decir que el principal beneficio de las mariquitas es conseguir un método natural de control de plagas (lo que se conoce como control biológico) sin gastarnos dinero en caros productos y, sobre todo, sin hacer daño al medio ambiente.
¿Cómo atraer a las mariquitas?
Existen muchas formas de atraerlas hasta la zona de huerto o hasta tu jardín, balcón o terraza. Aquí te contamos cómo hacer de tu hogar un lugar seguro y cómo pada ellas, de modo que no quieran marcharse de él:
Lo primero que necesitan es un lugar en el que refugiarse. Por ejemplo, construirles una casita sería una buena opción para esconderse de sus depredadores y esconderse cuando haya condiciones climáticas adversas.
En segundo lugar, puedes hacer hueco en tu jardín para algunas plantas que atraen su presencia. Algunas de ellas son los geranios o los dientes de león, así como el cilantro.
Ya que hablamos de atraerlas plantando nuevas especies, recuerda dejar algunas flores llamativas para que se alimenten del polen.
Respeta a sus larvas. A pesar de que muchos insectos de plaga pueden aparecer en forma de larva para perjudicar a tus plantas, no debes confundir estas con las larvas de las mariquitas. Es fácil si sabes reconocerlas, ya que son alargadas y con pelo, aunque eso sí, no se parecen en nada a las mariquitas adultas.
En definitiva, cuídalas y deja que ellas hagan el trabajo duro.