1. Cuando vayas a hacer la compra empieza por los productos perecederos y acaba por los frescos y congelados. Así conseguirás que no estén expuestos a temperaturas u otras fuerzas degradantes más tiempo del necesario.
2. Ya en casa organiza tu nevera:
- Arriba coloca los alimentos ya cocinados o conservados que aún no hayas acabado.
- En el centro, lácteos, huevos y embutidos.
- En los inferiores sitúa los crudos y perecederos y los alimentos de descongelación en envases.
- En la puerta: bebidas, leche, mantequilla o margarina, mermeladas o salsas.
3. Con el congelador has de tener mucho cuidado. Hay que mantenerlo limpio y libre de escarcha, con los alimentos suficientemente separados y etiquetados con la fecha de entrada y cantidad del alimento. La temperatura óptima es de -18 ºC, pero si tu congelador alcanza los -24 ºC, puedes congelar los alimentos y, de esta manera, conseguir que duren más tiempo en perfectas condiciones.
4. Aun siguiendo estas pautas lee bien los etiquetados con las posibles indicaciones para una mejor conservación.
5. Una vez hayas abierto un producto retíralo de su envase y guardarlo herméticamente antes de meterlo en el congelador. Los táperes y botes, tanto para la despensa como para poder mantener mejor los líquidos en la nevera conservando sus propiedades, son recipientes ideales.
También puedes cubrir los alimentos con film transparente para evitar que se humedezcan y se contaminen por olor. El envasado al vacío prolonga la duración de los alimentos sin alterar sus propiedades.
Terminando con los consejos, es bueno que reorganices a menudo la nevera, pues lo primero que entre debe ser lo primero en salir. De esta forma evitaremos que algún alimento se nos pase de fecha por despiste.
Podéis ver que son prácticas sencillas y que, con constancia, se convierten en costumbres.
¿Qué enfermedades por ingesta de alimentos son las más frecuentes?
Las intoxicaciones o infecciones, causadas por bacterias, virus, parásitos o priones, son las enfermedades más comunes que se pueden contraer a la hora de consumir alimentos.
Bacterias
Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli enterohemorrágica. Estas son las bacterias más frecuentes en la contaminación de alimentos. Los alimentos asociados a la salmonelosis son: huevos, carne de ave y otros productos de origen animal. La infección por Campylobacter de transmisión alimentaria encuentra su causa principalmente en la ingestión de leche cruda, carne de ave cruda o poco cocinada y agua potable. Escherichia coli enterohemorrágica se asocia con el consumo de leche no pasteurizada, carne poco cocinada y fruta y hortalizas frescas.
La infección por Listeria. Esta bacteria puede estar presente en los productos lácteos no pasteurizados y en diversos alimentos preparados, y puede crecer a temperaturas de refrigeración.
La infección por Vibrio cholerae. Los alimentos asociados con brotes de cólera son el arroz, las hortalizas, las gachas de mijo y varios tipos de mariscos
Virus
Por el consumo de mariscos crudos o de productos contaminados podemos contraer alguna enfermedad vírica. La causa de la contaminación suele ser la manipulación de una persona infectada pero pueden ser otros.
Este es un tema serio, si los alimentos en sí pueden transmitir algunos de estos problemas, mal conservados será más sencillo encontrarte con ellos. Si la mala conservación conlleva una contaminación de alimentos las consecuencias pueden ser nefastas. Visto así, parece bastante recomendable seguir los consejos a la hora de organizar tu nevera y, así, evitar en lo posible todos los problemas que una mala alimentación pueda causarte.
Fuente: infoalimenta