Y tú….de qué te quejas?

En este momento de salud relajada, familia en orden, trabajo en orden, vida en orden, he decidido que voy a poner en activo mi gen gruñón y voy a decir en alto y con aspavientos todas las cosas que pasen por mi cabeza de las que me apetece quejarme. Me acompañas?

Me quejo de municipios que sólo tienen un centro de salud en módulos prefabricados, saturados y con una gestión más que deficiente, mientras justo enfrente se construye la segunda iglesia en suelo cedido y gratuíto.

Me quejo de la Administración Pública que fabrica “funcionarios”: el funcionario, señores, no nace, se hace…bueno, no, le hacen!

Me quejo de políticos incapaces de negociar ante un país obligado a aceptar sus normas sin turno de réplica.

Me quejo de falta de conciliación diaria, viendo cómo se premia proyectos que sólo son eso, utopías de un futuro que nunca llega.

Me quejo de la soledad que no elijes, esa que te pasa factura y te cubre con la manta los días de sofá y silencio.

Me quejo de cuentas bancarias vacías, que te castigan por ello, pero no te premian cuando las adornan ceros de más.

Me quejo de campamentos de refugiados de otro siglo, con fronteras cerradas y condiciones inhumanas en pleno siglo XXI.

Me quejo de las Administraciones a la caza del ciudadano, mientras los ladrones con traje y corbata viven al margen con beneficios exclusivos para sus botines.

Me quejo del dolor, el que te queda por malos tratamientos, el negligente, el físico, el que te taladra y te cambia el gesto, el que te impide disfrutar de la vida como te mereces.

Me quejo de niños hacinados en colegios, que tienen que dejar de disfrutar de una biblioteca porque la necesitan como aula, que superan los ratios porque los políticos, una vez mas, no han hecho sus deberes.

Me quejo del exceso de malos gestos y malas formas. Sonreir es gratis, te  hace más atractivo y ejercita 430 músculos.
Quejarse de vez en cuando, como ejercicio, es perfecto, aunque reconozco que ésta es la versión “educada”. El mío particular lleva nombres y apellidos, lo redacto, lo quemo, y el desahogo es absoluto. Te recomiendo que lo hagas.

Las heridas se infectan y luego es más difícil curarlas. Y nuestra vida a veces es igual: vamos poniendo tiritas para parar el sangrado, cuando lo que necesitamos es un bisturí y puntos de sutura. Este post se convierte en eso, unos cuantos puntos simples que alivian y, al menos, dejan continuar.

Y tú, de que te quejas? Me lo cuentas?

Os leo!!


At this moment of relaxed health, family in order, I am employed at order, life at order, have decided that I am going to put in assets my grumpy gene and to be going to say in high place and with exclamations all the things that should happen for my head of that I me like to complain. Do you accompany me?

I complain about municipalities that only have a center of health in prefabricated, saturated modules and with a management more that deficient, while rightly it faces the second church is constructed in yielded soil and free.

I complain about the Public Administration that makes “civil servants”: the civil servant, gentlemen, is not born, is done … good, not, they do him!

I complain about politicians incapable about negotiating before a country obliged to accept his procedure without shift of reply.

I complain about lack of daily conciliation, seeing how there are rewarded projects that only are it, Utopias of a future that never comes.

I complain about the loneliness that not choose, this that spends invoice to you and you covers with the blanket the days of sofa and silence.

I complain about empty bank accounts, which punish you for it, but they do not reward you when zeros adorn them of more.

I complain about refugees’ camps of another century, with closed borders and inhuman conditions in full 21st century.

I complain about the Administrations to the hunt of the citizen, while the thieves with suit and tie live to the margin with exclusive benefits for his booties.

I complain about the pain, which you still have for bad treatments, the neglector, the physicist, which pierces you and changes the gesture, which it prevents you from enjoying the life like you deserve.

I complain about children been packed in schools, who have to stop enjoying a library because they need it as classroom, which the ratios overcome because the politicians, once again, have not done his duties.

I complain about the excess of bad gestures and bad forms. Smile is free, makes you more attractive and exercises 430 muscles.
To complain occasionally, like exercise, it is perfect, though I admit that this one is the “polite” version. Mine particular ride names and surnames, I write it, burn it, and the alleviation is absolute. I recommend to you to do it.

The wounds become infected and then it is more difficult to treat them. And our life sometimes is equal: we are putting you shiver to stop the bled one, when what we need it is a scalpel and stitches. This post turns into it, a few simple points that they relieve and, at least, they stop to continue.

And you, about whom you complain? Do you tell it to me?

I read you!!

Fuente: este post proviene de Blog de AdiosLolasAdios, donde puedes consultar el contenido original.
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