Y me dije ¿Por que no lo intentas tú?
Así que… Aprovechando que en casa estamos en una etapa que ya nuestra piel demanda más cuidados, he decidido empezar poco a poco. Probando fórmulas sencillas las cuales estamos consumiendo en casa y viendo los resultados.
Hay que decir que hay muchos tipos de jabones ellos se diferencian por sus bases y componentes.
Muchos los vemos con formas graciosas, recreando situaciones -Sin ir más lejos el otro día vi unos muy graciosos para regalar y eran de glicerina transparente y dentro un pez de colores de juguete embolsado. Emulando la compra de un pez cuando nos lo ponen en la bolsa con agua para llegar a casa-
Luego encontramos los de corte oliendo a vainilla ummm, coco, naranja e infinidad de olores acompañados de colores preciosos y formas rugosas.
La jabonería es un mundo tan extenso que una entrada de blog, no sino todo un blog para hablar de la cantidad de jabones diferentes podemos encontrar en el mercado.
Mi intención y como ya menciono en la presentación, es la creación de jabones formulados con aceites esenciales y macerados, con hierbas y especias. No solo busco hacer un jabón bello sino terapéutico.
El jabón terapéutico es aquel que ya nuestras abuelas usaban mezclando grasas y hierbas aprovechando así las propiedades de estas.
En estos momentos estoy usando base de glicerina, esta no solo permite la utilización del jabón a corto tiempo, sino el menor riesgo en la preparación en comparación con el de base de sosa caustica y aceite. También pensando que pocos se pone de acuerdo en los tiempos de saponización tanto en la producción en frío como en caliente.
De todo ello iremos hablando, tipos de bases, preparaciones, y para mi lo fundamental, la preparación de los macerados de hierbas y especias para añadir a los jabones y que estos tengan unas cualidades específicas.
Nos vemos pronto
Fuente: este post proviene de Jabón para los sentidos, donde puedes consultar el contenido original.
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