Su flor es Centaury y ella nos habla de la cantidad de veces que nos hemos engañado, la infinidad de situaciones en las que hemos preferido agradar al otro antes de expresar lo que sentíamos realmente; tantas y tantas ocasiones que hemos sometido nuestra voluntad y deseo y las ataduras invisibles que hemos construido apelando a nuestra bondad…
Y ahora, cansadas, tristes, depresivas y dolidas nos preguntamos, qué me pasa?
Pues que nunca hemos sabido decir NO.
Centaury enseña que a autovaloración es la esencia del alma y que el servicio que puedo prestar a los demás he de hacerlo siempre con alegría, libertad, amor y desde el reconocimiento de sus necesidades, nunca desde el sometimiento.
Feliz tarde queridas almas florales!
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