¿Te preguntas si lo que estáis empezando puede llevar a buen puerto?
¡Por supuesto que lo tienes que vivir! Si no, ¿Cómo salir de dudas?
Aún así, hay grandes predictores de la compatibilidad en pareja.
Hoy os dejo los básicos para prever si aquella historia tendrá un bonito final.
¿Buscáis lo mismo?
Si la respuesta es “sí”, ¡Enhorabuena! Te has ahorrado una gran inmensidad de obstáculos. Así de simple. Si vuestro grado de implicación, compromiso y ganas es equitativo, no hay necesidad de reprimirse ni de apresurarse.
Si, por el contrario, uno desea mucho y el otro muy poco, las probabilidades de que uno se frustre y de que el otro se empache, se disparan.
Uno puede amoldarse y bajar la marcha, pero sus ganas le generarán dudas, inseguridad y frustración, culpando irremediablemente al otro, ¡El que puede que se sienta sobre exigido! ¿El final? Posible, aunque costoso.
¿Tenéis naturalezas similares?
Cierto, el amor requiere esfuerzos y sacrificios e incluso hasta suena romántico que así sea. Pero si éstos son contantes y muy elevados, todo puede quedar en un intento fallido. No nos engañemos, puede resultar tremendamente cansado…
Si a ti te gusta pasar tus días en la montaña, saborear la naturaleza, recoger setas y ser miembro de una familia numerosa, mientras que a tu “media naranja” le entusiasma viajar, la urbe, las fiestas nocturnas y no contempla a nadie más allá de vosotros, puede que tengáis un problema.
La compatibilidad reside en un estilo de vida, inquietudes y proyectos semejantes, en los que tanto tú como el otro os sintáis a gusto y en sintonía con vuestros valores y vuestra personalidad.
Recuerda, enriquecerse a través del otro suma, dejar de lado todo lo que te ha definido hasta ahora por acoplarte al otro, resta.
¿Es fácil?
Sin saber apenas el porqué, conoces a alguien y la relación, los acuerdos y los planes fluyen, sin necesidad de invertir una gran cantidad de energía en ello. Lo que para mi es A para esa persona también y me siento libre para proponer B porqué para el otro, probablemente, va a resultar una buena idea. Exactamente lo mismo que ocurre con amigos. Mientras que con algunos fluye, con otros sólo hay impedimentos y obstáculos que os alejan.
Existe una familiaridad entre vosotros que incluso te parece que sea propia de personas que se frecuentan hace mucho más tiempo del que en realidad es.
Si, por el contrario, las quedadas se vuelven densas, las llamadas imposibles y los acuerdos complejos, empieza a dudar de esa compatibilidad que estás buscando.
¿Puedes ser tú mism@?
Comprobado. Cuando hay compatibilidad, los niveles de confianza se disparan, lo que implica abrirse al otro, mostrándote tal cual eres.
Si tienes que repensarte 15 veces si llamarle, escribirle o proponerle x plan, mala señal. Para que algo funcione, debes sentir que el otro no quiere dañarte, ¡a pesar de no tener garantías de que así sea! Sin esta condición, no habrá apertura ni, por consiguiente, ¡Ese feeling que hace que salten chispas!
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