Regreso a casa

Este mes me he tenido que despedir de un amigo, un amigo que no conocí mucho tiempo, sin embargo lo suficiente para ganarse mi cariño.
lo suficiente para desearle una buena partida, porque aunque nosotros nos quedamos, el continúa su viaje, un viaje de regreso a casa, al hogar, al amor.
Su partida ha dejado muchas incógnitas, pero nada de eso importa, porque no cambia la realidad, y a veces se me olvida que el mundo no es justo ni injusto, sólo somos libres.
Por eso, ahora que se fué, no queda más que mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos, ?que hicimos del mundo? ?que hicimos de su mundo? ?qué hemos creado con nuestra libertad?
Estoy pidiendo comprensión, para poder acomodar algo que la mente humana no es capaz de entender. Por qué nos pasan las cosas que nos pasan, porque todo parece suceder de depende, de golpe, en avalancha, a veces sobrepasando nuestros límites, poniendo a prueba nuestra capacidad para sobrellevar la adversidad y a veces, sin superar las pruebas.
Para la mayoría de las personas esto no es un problema tan grave, porque siempre tenemos otras oportunidades, pero a la vez, nunca sabemos cuando será la última. Cuando la prueba no es una de tantas, sino es crucial descifrar la solución o pedir ayuda, al menos saber pedir ayuda....
Sólo queda consuelo en saber que SOMOS realmente libres. Aún con nuestras limitaciones y adversidades, somos libres. En mayor o menor grado, pero podemos elegir cómo llevar nuestra vida e incluso el momento de partir. Y que todo, es respetable, y es parte de su  plan de vida, un destino que se forja conforme se avanza por la vida, pero que es más profundo y significante que sólo ésta vida. No esta hecho para que nosotros lo entendamos porque no nos corresponde juzgar, lo mejor que podemos hacer es recordar lo bueno que quedó y que sigue con vida. Porque hubo una parte en la que nuestro mundo coincidió con el suyo, una parte de la cual disfrutamos, de la cual logramos ver su verdadera esencia, y otra, en la que sin duda fallamos.
Fallamos como en tantas otras cosas que erramos, pero ahora, se nos abre una ventana hacia la consciencia. Lo que no está cerrado con una persona, sigue abierto en mí, y aún tengo la posibilidad de enmendarlo. Todos dicen que lo único que no tiene solución es la muerte, pero  el alma no muere, nuestra relación con esa persona no muere.
Todavía podemos hacer tanto por nuestra relación con ese ser que partió como cuando estaba aquí, y que todo lo que hagamos va a llegarle, porque el amor no conoce fronteras, ni si quiera entre la vida y la muerte. Aquellos que hablan con sus seres queridos que físicamente han partidos no están locos, es su sabiduría interna hablando y actuando por ellos, sanando todavía desde la vida, para otra forma de vida. Y si podemos hacer mucho por los seres que ya físicamente no están imaginemos lo que podemos hacer por los que se han quedado, que nuestros errores nunca sean los mismos y que su corazón puro nunca sea olvidado, sólo sus errores, que Dios nos conceda junto con sus almas un nuevo inicio, un borrón y cuenta nueva, un despertar. Acompañemoslos, arrepintamonos, perdonemosnos y quedemos en ceros, que Dios los cuide y bendiga su travesía, que aún no termina. Y pronto, nos volveremos a encontrar.