Las madres sabemos mucho de estos estados que se disparan cuando nuestros hijos se retrasan e inventamos cualquier circunstancia dramática que no se acaba hasta que ellos vuelven a casa.
Quizás, nuestra mayor tarea como padres sea dejar de ejercer control sobre ellos, acabar de cortar definitivamente, ese cordón umbilical que les hace y nos hace permanecer atados emocionalmente y permitirles que vivan su propia vida, tal y como también lo hicimos nosotros.
Para cualquier circunstancia en que el apego, la preocupación y el miedo por nuestros seres queridos nos arrebate el bienestar, para cualquier acontecimiento que nos distraiga de nuestro propio centramiento, esta es tu flor.
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