Es importante entender que su existencia es tan importante como la alegría. Lo que vuelve negativa a una emoción es la manera en la que la gestionamos. Si tan solo nos diéramos la oportunidad de expresarnos - de forma sana claro está- y de liberar dichas emociones, nos evitaríamos muchos problemas.
Cuando me siento triste, aun surge la necesidad de querer evitar hacer contacto con ello, pero inmediato recuerdo que lo más probable, hay algo a lo que necesito poner atención.
¿Qué me molesta? ¿qué me falta?
Muchas veces la tristeza es el mensajero. No huyas de ella, úsala como instrumento para escucharte, para conectar contigo.
Y si dicha tristeza se prolonga y provoca síntomas más severos, no te olvides de pedir ayuda profesional.