Creo que esa distancia se llama "puerta hacia la serenidad", mi primer paso hacia conseguir la paz. ?como se puede tener paz cuando las cosas del afuera que son inestables y yo, somos uno mismo? Cundo estamos tan ensimismados que no distingo donde termino yo y donde empieza lo transitorio. Pero el problema sin duda se originó cuando olvidé quien era....
Pero es que, ?!alguna vez lo supe?! Siempre pensé que era este cuerpo que enferma, y esta mente que piensa a veces en negativo o a veces solo es negativo que piense, porque impide mi sentir verdadero, porque impide sentirme. ?cómo puedo saber quien soy yo si nunca me he detenido a sentirme? Y sobre todo, a mirar esa distancia que hay con el afuera... Tan sólo sabiendo quién soy me permite tener una sensación distinta del afuera, porque ya no dependo del afuera para ser; si hay tragedia estar triste, si hay euforia emocionarme. Y al final acabamos tan dependientes que terminamos en vacío de identidad: llenos del afuera y quedamos como un envase.
Así es como me di cuenta que esta distancia me hacía feliz. Porque cuando la experimentaba podían pasar cosas que antes me hubieran hecho un hoyo en el estómago, me hubiese comido la tragedia tal cual un chile habanero que me quema el estómago y enciende el botón de la gastritis. Pero hoy un poco menos, hoy descubro que hay distancia y que esa distancia protege. Que esa distancia es una llave hacia la paz interior.