Mi herencia familiar

Hice una llamada con un motivo en especifico, me pareció insignificante, incluso lo hice con una gran sonrisa en la cara, al paso de los minutos, me cara se fue deformando como si alguien la estuviese estirando para todos los lados, se llamaba; angustia, estrés...

la llamada terminó en un revoltijo de voces encimadas en un espacio constreñido, podía escuchar nada y todo: no distinguía lo que decían, pero escuchaban culpan, ansiedad, prisa, y falta de presencia: Todos convergíamos en un espacio pero èramos como autòmatas.

Al terminar la llamada fue casi como si en una caricatura me aventaran de nuevo a Valencia, a mi realidad, yo me había trasladado físicamente allí (para mi mente no habla diferencia) a pesar de que mantenía cierta distancia, ésta era mínima, y entendí porque tenemos cuerpos físicos, para tener cierta distancia, para ver si asì nos damos cuenta de que podemos hacer distancia, de que amar, no quiere decir revolverte con el otro, pensar como él, a su ritmo, con sus prejuicios, desde soy igual y no hay salida. Amar requiere hacerse consciente,


Yo ya me sentía culpable de no poder cumplir sus expectativas, y pensé, esto no funciona, no excepto para hacerme sentir culpable. Esto no me hace querer ser mejor persona, sòlo me hace sentirme peor conmigo mismo, supongo que es un mensaje distorsionado del sì se puede, tù puedes! . Porque algo que sì tengo seguro, es que mi familia me ama, lo sè porque yo los amo a ello, pero por otro lado siento que hay cosas que estàn por ser vistas, por ser rescatadas del inconsciente, como si hubiese toda una herencia familiar esperando mi logro para que todos pudiesen liberarse de algo que nadie ha resuelto, y que se me pide a gritos porque ya es hora, no para ellos, sino para mi! de ser libre, de separar, de hacer distancia y resolver. Despertar al proceso de darme cuenta que yo no soy ellos, yo soy parte de mi familia, pero pertenecer no quiere decir no poder ser diferente, ni sanar ir en contra de ellos. Nada me determina, solo yo misma, que elijo día a día la nueva versión de mi misma, que conozco con mayor exactitud el paso a seguir. Todo, para como una estatua deshacerme de lo que no me pertenece y pulirme, para que salga como siempre debo de haber sido, como soy. y somos todos en esencia: perfectos. Vamos hacia la perfecciòn de las virtudes humanas.