Matrioskas

¿Sabéis qué son las matrioskas? Esas muñequitas rusas escondidas unas dentro de las otras.

Pues os voy a contar un secreto: mi grupo de whatsapp familiar se llama así, MATRIOSKAS. Una de mis hermanas, avispada ella, le puso el título, y no puede ser más acertado.

La primera, la más grande, la que nos cobija a todas, nuestra Bábushka. Enorme por dentro, de ahí su capacidad de acoger a siete mujeres bajo sus alas, y dentro de poco la más chiquitita por fuera, sobrepasada por las pedazo de adolescentes que presumen de ella. Se lo decimos poco, las Soriano somos así de setas, pero la queremos por encima de todo y de todos. Nuestra enfermera jefe, pendiente de revisiones, exámenes, pruebas y desdichas, recogiendo lágrimas y curando corazones rotos.

Después viene las tres hermanas, unidas físicamente por heridas de quirófano, y en alma por destinos paralelos y sufrimiento de despedida. No somos idénticas, incluso ni parecidas en muchos aspectos, pero siempre iremos atadas al hilo rojo que el Sr. Soriano nos dejó prendido.

Detrás de nosotras, cuatro trofeos en construcción.

La “seño”, sobrina mayor, ejemplo del resto, lanzadora de carcajadas y consejos.

La rubia soñadora de ojos verdes, hormiguita, construyendo su camino casi sin hacer ruido, bailando con las nubes.

Mi morena exótica, con un curioso parecido a su prima mayor, capaz de recepcionar las carcajadas y mandarlas de vuelta a mayor velocidad, el hombro donde apoyarme estos últimos meses.

Y la pequeña rubia, el regalo, consuelo de lágrimas en años difíciles, más parecida a veces a su prima de ojos verdes que a su hermana, escandalosa, revoltosa, pura vida.
Y todas, como desde hace ya cinco años (cinco), volveremos a meternos unas dentro de las otras para volver a dejar que el agua arrastre nuestras flores, y con él los recuerdos, el dolor de la pérdida, las horas pensando en él, nuestros esfuerzos por que la pequeña tenga el recuerdo que el maldito cáncer no ha dejado que crearan juntos.

Papá, el sábado nos vemos. Te sigo echando de menos como el primer día, sigo mirando al cielo mientras te hablo, sigo llorando con tu recuerdo, y últimamente necesito tus collejas más que nada en este mundo.

Os leo!!

Nuestra playa eres tú

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