Estimado lector,
Deseo ante todo que te encuentres bien de salud. Estamos viviendo tiempos difíciles, de muchos cambios y situaciones desagradables que nos desequilibran. Es por eso que, necesitamos adquirir resiliencia, ante los problemas que se nos presenten, como la situación que estamos viviendo hoy.
Darwin decía que no son los más fuertes de la especie, ni los más inteligentes los que sobreviven, sino los más flexibles y adaptables a los cambios, ¿por algo sería?.
Resiliencia, ese término tan de "moda", que seguramente has oído alguna vez, pero que seguramente no sabes que significa, yo tampoco lo sabia. Pues bien, es la capacidad para adaptarse a los cambios y obstáculos, que se nos presentan en la vida, encontrando formas de hacerles frente, superándolos y aprendiendo, al mismo tiempo, lecciones valiosas que nos hacen crecer y avanzar.
El simple hecho de vivir cada día, nos da la oportunidad de ser resilientes. Es una habilidad que adquirimos, aunque esta capacidad especial, o fuerza interior, también viene en parte de serie, y con el tiempo la vamos sacando.
Seguramente, te has topado con gente que siempre busca una solución a los problemas, y en cambio otros, se ahogan en un vaso de agua. Mientras los primeros ven las dificultades como una oportunidad, los segundos solo ven el problema y ya está.
Ante una dificultad tenemos dos opciones: hundirnos en el desánimo o afrontarla. Por supuesto, esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Pero al afrontar una situación difícil, hundirse solo empeora las cosas. Como dice un proverbio: ¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso.
La siguiente fábula, atribuida a Charles Péguy, que me encanta, y quiero compartir contigo, ilustra bien la importancia de encontrar el sentido de lo que hacemos, poniéndole valor.
“Yendo en dirección a Chartres, Péguy ve en un costado de la carretera a un hombre que parte piedras golpeándolas con un mazo. Su rostro expresa desdicha y sus gestos rabia. Péguy se detiene y pregunta: ¿Señor que hace?, "Ya ve usted", le responde el hombre, "no he encontrado más que este oficio estúpido y doloroso" . Un poco más adelante, Péguy ve a otro hombre que también se dedica a partir piedras, pero su rostro está sereno y sus gestos son armoniosos. ¿qué hace usted? Señor, le pregunta Péguy. "Pues ya ve, me gano la vida gracias a este cansado oficio pero cuento con la ventaja de estar al aire libre", le responde el hombre. Algo más lejos, un tercer picapedrero aparece radiante de felicidad. Sonríe al demoler la masa pétrea y mira placenteramente las lascas de piedra. ¿Qué hace usted?; le interroga Péguy. ¿Yo?, responde el hombre, ¡Construyo una catedral!”
¿Cómo se aprende a ser una persona resiliente?
-Intenta ver las cosas tal como son. Hay que diferenciar los problemas importantes y los que no lo son, o circunstancias a resolver.
-Aprende de otros. Hablar con un amigo de confianza puede ayudarte a ver cómo ha afrontado situaciones difíciles parecidas a las tuyas.
-Ten paciencia. Los problemas no se solucionan de la noche a la manaña.Se necesita tiempo. No te desanimes si tardas en recuperarte más de lo que esperabas.
-Agradece lo que tengas. Por muy dura que sea la situación, siempre hay cosas por las que dar las gracias. Ahora mismo puedes ver con tus ojos, lo que estas leyendo, hay quien no puede.
-Es cuestión de actitud. No siempre podemos elegir lo que nos pasa en la vida, pero sí podemos elegir cómo afrontarlo.
Y quisiera acabar esta carta, con una cita de Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra, escritor, autor del libro "el hombre en busca de sentido".
“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino.”
Deseo que tengan un feliz día,
Gracias por leerme.
Fuente: este post proviene de Judit Piqueras, donde puedes consultar el contenido original.
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