¿Qué nos puede llevar a tener más miedo a la vida que a la muerte? Yo de verdad que no lo sé. ¿Y vosotros?
El bibliotecario.
Lo que tengo delante de mí
La habitación estaba pintada de gris, fría, sin lámparas, una habitación muda, sin muebles, toda ella vacía. Afuera llovía sin cesar; estaba siendo un invierno especialmente duro.
En medio de la habitación se encontraba el tipo que no dejaba de mirar a lo que tenía frente a él. Sujetaba con su mano derecha un revolver colt cuarenta y cinco; no le temblaba el brazo, sujetaba con fuerza el arma. Seguía mirando a lo que se encontraba delante suyo, ni siquiera pestañeaba, los ojos secos, rojos, venosos, irradiaban odio. Uno podía estar del todo seguro que a aquel tipo no le gustaba lo que veía.
-¡Te odio! -Habló el tipo sin soltar en ningún momento el revólver.
-Odio todo lo que representas.
-Me das asco. Tú y todo lo que has provocado.
-¡Eres repugnante!
-No deberías de existir. Para ti ya no existe ningún tipo de perdón.
-¿Cómo has podido hacer todo lo que has hecho? Jamás te has arrepentido de ello.
-Tanta gente muerta y arruinada por culpa tuya.
-No deberías de seguir existiendo. Yo me voy a ocupar de que recibas tu castigo.
Fue entonces cuando aquel tipo levantó el revólver, lo incrustó en su garganta y apretó el gatillo.
Fue entonces cuando aquella habitación se llenó de muerte.
Sólo quedó de pie el espejo que se encontraba delante de aquel tipo que se acababa de suicidar.
la historia
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