La no nacionalidad

               Entramos a un cyber café en Marruecos. Era necesario imprimir nuestros billetes de avión ya que al día siguiente salía nuestro avión para Valencia. Aparentemente cuando viajas con aerolíneas de bajó costo tienes que tener cuidado de que el caldo no te salga más caro que las albóndigas, entonces ahí estábamos, unos viajeros cansados y malolientes (triste pero real) tratando de comunicarnos con señas con el dueño. En eso, un señor muy simpático y algo robusto nos pregunta sí estamos imprimiendo nuestros billetes de avión, a lo que respondemos que si, que viajamos con Ryanair. El también viajaba con la misma aereolínea, pero el, nacido en el 43" , lo supe porque introduje su fecha de nacimiento en la página web de facturación, no sabía que hacer para poder imprimir su tarjeta de embarque, algo muy sencillo para Quien ha no nacido pero crecido con la tecnología actual. Para Bernard, sólo seleccionar su nombre de la página era un reto. En ese momento que lo vi batallar y entre risas nos confeso que llevaba más de una hora sentado frente a Su ordenador intentando imprimir su tarjeta de embarque, sin dudar le dije, no se preocupe, yo lo ayudo y en 5 min. Acabamos. Yo al ver al señor sentado, con muy buen humor, vi a mi abuelo, un señor ya mayor que se siente un poco inútil, que se ríe de la vida, que se ríe de cómo han cambiado las cosas, como se le da importancia a las cosas tan superfluas: la aerolínea iba a cobrarle 70£ más por asiento si no lograba imprimirlas. La aerolínea claramente, tan grande y poco personalizada no contempla a un señor que en sus 70s no sabe bien ni porque necesitamos un ordenador. Lo más impresionante del caso es que el señor solía ser dueño de un gran empresa de ordenadores y software, pero como el mundo ha avanzado tan rápido en el mundo de l tecnología, el se había quedado atrás. Nos contó que cuando vendió su empresa se dedicó a viajar el mundo en su barco, pero ahora era ya muy grande para eso, por eso volaba a los sitios. 

             También, muy interesante, Bernard no tenía país. El había nacido en Sudáfrica, y tras independizarse su nación, le habían sido dadas dos opciones : optar por volverse francés y salir del país o morir. Como cualquier hombre que quiere vivir opto por la primera. Pero no nació en Francia ni fue criado con la cultura francesa, dice que no se siente francés, en cambio es invadido por una nostalgia del país al que solía llamar hogar. Eso me hizo cuestionarme firmemente lo que significa nacionalidad, y aún más nacionalismo, orgullo de ser que? Nuestro país podría dejar de ser lo que hoy conocemos. Si Bernard no tiene país nadie debería tenerlo, porque en cambio todos somos ciudadanos del mundo, y si en cambio el mundo dejaría de existir entonces probablemente nosotros también, esa es nuestra única bandera: el amor por nuestro planeta y la especie humana. Eso me hace feliz, ir a lo esencial, a lo integrativo, a lo verdadero!
Gracias Bernard por compartir tu historia conmigo :)