Estar informado acerca de los síntomas o signos de alerta temprana, puede dar lugar a una intervención precoz que ayudará a reducir la gravedad de la enfermedad. Incluso puede ser posible retrasar o prevenir una enfermedad mental grave por completo.
¿Cuáles son los signos y síntomas que requieren atención?
– Aislamiento social reciente y pérdida de interés por los demás.
– Una bajada inusual del rendimiento, especialmente en la escuela o en el trabajo.
– Problemas con la concentración, la memoria o el pensamiento lógico y el habla que son difíciles de explicar.
– Intensificación de la sensibilidad a estímulos visuales, auditivos, olfativos o táctiles.
– Pérdida de iniciativa o deseo de participar en cualquier actividad, apatía.
– Una vaga sensación de estar desconectado de uno mismo o del entorno, una sensación de irrealidad.
– Creencias inusuales, exageradas o ilógicas o pensamiento “mágico” propio de la infancia en un adulto.
– El miedo o la desconfianza hacia los demás o una fuerte sensación de nerviosismo o desasosiego.
– Cambios repentinos en el sueño, el apetito o deterioro manifiesto en la higiene y el cuidado personal.
– Cambios rápidos y dramáticos en los sentimientos o “cambios de humor” repentinos.
Uno o dos de estos síntomas, no puede predecir una enfermedad mental, pero una persona que experimenta varios de estos signos al mismo tiempo que presenta serios problemas en su capacidad para estudiar, trabajar o relacionarse con los demás, debe ser visto por un profesional de salud mental. (Listado de psicólogos disponibles).
Los pensamientos o intentos de suicidio y los pensamientos extrañamente violentos u homicidas requieren una atención inmediata.
Sin tratamiento, los signos mencionados pueden progresar hacia un episodio psicótico, es decir, el individuo puede desarrollar creencias irracionales (delirios), alteraciones graves en la percepción (alucinaciones), pensamiento y habla desordenado, o pérdida de contacto con la realidad.
Un episodio psicótico se puede desarrollar muy gradualmente y puede permanecer sin tratamiento durante períodos de tiempo prolongados.
La vergüenza, el miedo, la negación, y otros factores a menudo impiden que los individuos o sus familias busquen ayuda, a pesar de la aparición de estos síntomas de manera temprana.
¿Cuándo debe comenzarse un tratamiento?
Varias décadas de investigación en centros de todo el mundo han demostrado que la intervención temprana a menudo puede prevenir un primer episodio psicótico. Incluso si una persona no muestra todavía signos claros de una enfermedad mental diagnosticable, estos primeros síntomas de alerta pueden ser muy perturbadores.
En estos casos la persona afectada debe:
– Obtener una evaluación de un profesional capacitado.
– Recibir educación sobre la enfermedad mental y los signos y síntomas que debe observar.
– Recibir consejo, apoyo y estrategias para el manejo del estrés de cada día.
La educación sobre la enfermedad mental y lo que está sucediendo en el cerebro pueden ayudar a individuos y familias a entender la importancia de los síntomas, cómo se podría desarrollar la enfermedad y qué se puede hacer para ayudar.
Por ejemplo, las familias pueden aprender el papel nefasto que el estrés puede jugar en los síntomas y las maneras de reducirlo.
Al igual que con otras enfermedades, la intervención temprana puede suponer una diferencia importante en la prevención de lo que podría convertirse en un trastorno psiquiátrico permanente y potencialmente incapacitante.
Lectura recomendada
Fuentes
La psicosis: Ideas sobre la locura
American Psychiatric Association
Imagen cortesía de Pixabay.com
Contenido original de Psicopedia - Psicología, Psicoterapias y Autoayuda.