Si estás algo familiarizado con la fiscalidad o incluso con la prensa (es normal leer algún artículo al respecto) puede que te resulte conocido el término “doble imposición”. Se trata de algo que hay que conocer si tienes negocios y sobre todo si desarrollas actividades económicas en otros países también. Aunque también es posible que la doble imposición se de dentro de un mismo país, aunque es cierto que no es lo más habitual.
¿En qué consiste esto de la doble imposición?
Hay que ir hasta la idea genérica en que un país (o territorio) tiene potestad a regular fiscalmente lo que dentro de él ocurre. Esto nos lleva a dos consecuencias fundamentales que tienen especial importancia en la doble imposición:
Un país puede gravar mediante un impuesto a las rentas a los sujetos que tengan residencia en él o que simplemente tengan esa nacionalidad.
Los países también podrán gravar actividades económicas realizadas dentro de sus fronteras, mediante diversos impuestos de todo tipo.
Sólo con estas ideas tan sencillas podemos llevar a la conclusión de que algo puede estar doblemente gravado si tenemos una circunstancia que se sale de lo más habitual, que es vivir y desarrollar las actividades económicas en un territorio único.
Tipos de dobles imposiciones
A nivel general podríamos decir que existen dos clases diferentes de doble imposición. Vamos a verlas:
Jurídica: si un individuo o empresa se ve gravado por el mismo impuesto en varios países.
Económica: Este es el caso más habitual dentro de un mismo país y suele afectar a dos empresas diferentes, es decir, es la actividad económica la que se grava y se paga dos veces por individuos diferentes.
Ejemplo de doble imposición
El mejor caso de doble imposición, que será internacional si hay varios países de por medio, podría darse en el caso de las sociedades anónimas. Pongámonos en el caso de que se reparten los dividendos entre los socios. La propia sociedad habrá de pagar el impuesto de sociedades indicando esos beneficios, pero los accionistas han de pagar también en el IRPF lo mismo.
Es posible evitar el problema de la doble imposición.
Seremos sinceros, ya que no existe a nivel internacional un consenso ni suficientes convenios y tratados que regulen una situación que en la práctica es bastante habitual. Es cierto que algunos países tienen lo que se llaman Convenios de Doble Imposición, pero no es todo lo normal que nos gustaría.
Métodos para evitar la doble imposición
Existen dos formas fundamentales para evitar esta doble imposición:
Método de exención, en el que por ejemplo España renuncia a aplicar impuestos a rentas que ya de por si se encuentren gravadas en otro lugar.
Método de crédito fiscal, que también es conocido como método de imputación.
Como ves, el tema de la doble imposición afecta a más empresas de la que nos imaginamos. Lo cierto es que en casos como estos te pongas en mano de auténticos profesionales de la fiscalidad que te ayudarán a resolver cualquier duda y sobre todo te permitirán ahorrarte una buena cantidad de dinero en tus impuestos cumpliendo la ley al 100%. Date una vuelta por Assessor ahora por poner un ejemplo.