Fue curioso que al mes siguiente, en una comida en casa, unas amigas sacaran el tema. Una de ellas y yo nos la habíamos comprado pero aún no la habíamos podido probar. Pues la cosa se quedó en que yo la probaría primero y les contaría la experiencia.
Cuando una prueba algo nuevo tiene miedo y este caso no iba a ser diferente. ¿Miedo a qué? os preguntaréis, pues miedo a que no funcione, a que no sepas ponértela a que luego no sepas sacarla,... Pues chicas, ya está, es muy fácil.
Bueno, empiezo por lo primero que hice, que fue elegir la marca y el modelo más indicado para mí. La marca la tenía clara, Intimina que es la que Arantxa recomendaba en su post.
Y luego elegir el tamaño adecuado, porque esta marca tiene cuatro, Tamaño A si no has dado a luz y Tamaño B para las que han dado a luz y luego hay que tener en cuenta el flujo, si es ligero, medio o abundante. Una vez tuve claro la copa que quería, me fui a la farmacia a comprarla.
¡¡Importante!! Hay que leer el manual de usuario, de verdad, es importante seguir las indicaciones, son cortas y fáciles de entender. Y lo bueno es que te dan varias alternativas para todo. Si sigues las instrucciones no tendrás ningún problema.
¿Cómo funciona? Al tener la forma de las calas, recogen el flujo menstrual como estas flores el agua de la lluvia, que queda contenida en su interior hasta que se extrae y se vacía en el inodoro. La limpiamos y la introducimos de nuevo.
¿Beneficios? Es ultra suave, 100% segura, ecológica y saludable. Hay que señalar que no produce la sequedad que da el uso de los tampones y se puede llevar hasta 12 horas seguidas frente a las 8 que se aconseja llevar el tampón. Al recoger el fluido menstrual te ayuda a tener un periodo sin olores ni irritaciones. La copa puede durar hasta 10 años, por lo que supone un gran ahorro en tampones y compresas.
¿La conocíais? ¿La usáis? ¿La recomendáis? Yo estoy muy contenta de que llegara a mi vida. Solo me queda decir una cosa, gracias Arantxa por tus consejos.