Inflamación de la glándula de Bartolino
Existen dos problemas de las glándulas de Bartolino, que son relativamente comunes: la formación de quiste o la inflamación (este último es un proceso llamado también de bartolinitis). Las dos complicaciones suelen surgir cuando hay una obstrucción del orificio de salida de la glándula de Bartolino que impide el correcto drenaje de sus fluidos.
En este post vamos a contarte qué son las glándulas de Bartolino y cuáles son los síntomas, sus causas y tratamientos del quiste de Bartolino y la inflamación de éstas glándulas.
¿Qué es la Glándula de Bartolino?
Como ya lo hemos mencionado anteriormente, las glándulas de Bartolino son dos glándulas ubicadas en los labios pequeños, cerca de la vagina. Su función es producir un fluido mucoso que sirve para lubricar y humectar la vulva y la parte más externa de la vagina, principalmente durante el acto sexual.
Los conductos que transportan los fluidos producidos por la glándula poseen cerca de 2,5 cm de largo y sus orificios de salida, por donde efectivamente se segrega el fluido, poseen 0,5 cm de diámetro.
Para facilitar la identificación anatómica de las glándulas, si usted piensa en la vagina como un reloj, los orificios de salida estarán ubicados en la marca de las 4h y 8h. En condiciones normales, las glándulas de Bartolino son pequeñas y no suelen ser visibles ni palpables.
Problemas de la Glándula de Bartolino
La enfermedad de la glándula de Bartolino ocurre básicamente cuando la salida de uno o ambos conductos queda obstruida, impidiendo la eliminación del moco producido. Las dos complicaciones más frecuentes que surgen de este problema son el quiste de Bartolino y la inflamación de la glándula de Bartolino. Vamos a hablar un poquito sobre cada una de las dos.
Los tumores sólidos benignos y malignos de la glándula de Bartolino son muy raros y, por lo tanto, no se abordarán en este artículo.
Inflamación de la glándula de Bartolino
La inflamación de la glándula de Bartolino es una complicación que surge cuando el líquido atrapado dentro del quiste de Bartolino se contamina con bacterias y se vuelve purulento. Esta complicación también se llama Bartolinitis, cuyo término significa inflamación de las glándulas de Bartolino.
La bacteria que comúnmente infecta el quiste y provoca bartonilinitis es la Escherichia coli, la misma que habitualmente provoca los cuadros de infección urinaria. Las bacterias que normalmente habitan nuestra piel tales como los estafilococos y los estreptococos también pueden ser la causa. Las bacterias que provocan la gonorrea y la clamidia, ambas enfermedades de transmisión sexual, también pueden ser el agente infeccioso responsable de la formación del absceso.
Síntomas de la inflamación de las glándulas de Bartolino
Al contrario del quiste, la bartolinitis es una tumoración que provoca intensos síntomas. El dolor, la hinchazón, el enrojecimiento y el calor local son las principales características del cuadro. La fiebre no es tan frecuente y sólo ocurre en alrededor del 20% de los casos. En algunas situaciones, la inflamación de la glándula de Bartolino puede drenar espontáneamente, liberando un líquido claramente purulento. Al ser drenado, los síntomas suelen desaparecer.
Si además de la inflamación de la glándula de Bartolino, la paciente también presenta flujo vaginal amarillento o verdoso, el ginecólogo siempre debe pensar en una ETS como la causa de la Bartolinoitis.
Tratamiento de la inflamación de la glándula de Bartolino
De manera opuesta al quiste, que suele ser asintomático y no requiere tratamiento específico, la inflamación de las glándulas de Bartolino, habitualmente requiere intervención médica.
Si la inflamación es pequeña y poco dolorosa, la lesión puede ser tratada con baños de asiento frecuente, con una duración de 15 minutos, de 3 a 4 veces al día. Este procedimiento ayuda en el drenaje espontáneo del pus. Incluso cuando el baño de asiento no es suficiente para tratar el absceso, ayuda en el alivio de los síntomas.
En la mayoría de los casos, sin embargo, la bartolinitis necesita incluso una intervención médica, como el drenaje quirúrgico. Este procedimiento se realiza con una simple incisión en la lesión, realizada bajo anestesia local. Después del pus se ha drenado todo, el ginecólogo implanta un pequeño catéter de caucho dentro del quiste, que sirve para evitar que haya una reacción de pus. Este catéter se retira después de 6 semanas.
Si la paciente no tiene fiebre y si el drenaje del pus se ha realizado de forma eficaz, no es necesario prescribir antibióticos. Sin embargo, si la causa de la inflamación de la glándula de Bartolino ha sido una ETS, como la gonorrea o la clamidia, el tratamiento con antibioterapia adecuada está indicado, pues la simple curación del absceso no significa que la ETS ha sido tratada.
Si después de un tratamiento exitoso la paciente vuelve a presentar recurrencia de la inflamación, una técnica quirúrgica alternativa, llamada marsupialización, puede ser intentada. En este tipo de cirugía, también realizada bajo anestesia local, el médico hace una pequeña incisión en la lesión y luego sutura sus bordes con la piel, para mantener un pequeño orificio permanentemente abierto para que los fluidos producidos por la glándula de Bartolino no tengan más riesgo de quedar retenidos.
Si la técnica de marsupialización falla, y la paciente vuelve a presentar episodios de Bartolinoitis, la solución final es una cirugía para retirar la glándula de Bartolino. Raramente hay que llegar a ese recurso más radical.
Inflamación de la glándula de Bartolino en el embarazo
La inflamación de la glándula de Bartolino en el embarazo no suele ser una preocupación, debido a que la apariencia del quiste es indolora y, finalmente, desaparece de forma natural, por lo que una mujer puede tener un parto normal.
Cuando el quiste de Bartolino se infecta durante el embarazo, con el tratamiento adecuado, se lo libera de bacterias y no genera riesgo para la madre o el bebé.
Quiste de Bartolino
Si el orificio de salida de la glándula de Bartolino se obstruye, todo el moco por ella produce acaba quedando retenido alrededor de la propia glándula, creando un quiste, que no es más que una tumoración con contenido líquido en su interior. Este quiste se llama el quiste de Bartolino.
Cerca del 2% de las mujeres en edad fértil desarrollan el quiste de Bartolino. Las niñas no suelen desarrollar este problema, porque las glándulas de Bartolino no comienzan a funcionar hasta la pubertad. De la misma forma, los quistes son inusuales después de la menopausia, ya que las glándulas se tienden a atrofiar y perder función con la edad.
Síntomas del quiste de Bartolino
Cuando el quiste es pequeño, suele pasar desapercibido, pues además de no ser fácilmente visible o palpable, también es indoloro en la mayoría de los casos. Cuando el quiste crece más allá de 1 cm de diámetro, y ese proceso puede tardar de meses a años, la mujer puede notar el surgimiento de una pequeña tumoración en uno de sus pequeños labios. El quiste, en estos casos, suele ser papable y visible, pero se mantiene indoloro. Los quistes mayores de 3 cm de diámetro pueden causar alguna incomodidad al tacto o durante la relación sexual. Cuanto mayor sea el quiste, más grande es la probabilidad de causar molestias, incluso al caminar o sentarse.
Tratamiento del quiste de Bartolino
No se requiere ningún tratamiento en los casos de quistes asintomáticos. La paciente sólo puede hacer baños de asiento con agua tibia y mantener la zona limpia para evitar su contaminación. En la inmensa mayoría de los casos, el quiste de Bartolino desaparece espontáneamente después de algunos días.
Si el quiste crece mucho y está causando alguna incomodidad, ya sea físico o estético, puede ser drenado a través de una pequeña incisión.
En las mujeres de más de 45 años de edad, la fase de la vida en que este tipo de quiste comienza a ser inusual, es importante que el médico evalúe la lesión con cuidado, ya que puede ser, en realidad, un tumor, y no un quiste simple . En estos casos, es prudente realizar una incisión en la lesión para que se pueda hacer una biopsia y estar seguros de que no se trata de un carcinoma de la vulva.
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