Cómo tratar la inflamación del hígado
Las infusiones de diente de león pueden ayudarle a tratar la inflamación del hígado.
Un hígado inflamado es el resultado de una reacción que ocurre cuando sus células son atacadas por sustancias o microbios causantes de enfermedades. Por tratarse de un órgano vital que desempeña varias funciones fundamentales para la salud, debemos estar muy atentos para identificar una potencial inflamación y tratarla lo antes posible.
Estos son los principales síntomas asociados a la inflamación del hígado, por lo que si está sintiendo alguno de ellos, consulte a un médico para obtener un diagnóstico y, si es el caso, iniciar el tratamiento para combatir la inflamación de hígado.
Síntomas de la inflamación del hígado
Ictericia
Esta condición ocurre cuando la piel y la parte blanca de los ojos adquieren una coloración amarillenta debido a la acumulación de bilirrubina (un pigmento de la bilis) en la sangre. La inflamación de hígado impide que elimine esta sustancia normalmente, por lo que su acumulación es indicativa de la enfermedad.
La ictericia también puede causar picazón en todo el cuerpo, y en casos extremadamente severos la pérdida de algunas funciones cerebrales.
Dolor abdominal
Para reconocer una inflamación en el hígado, el dolor se debe sentir en la parte superior derecha del abdomen. El dolor y la incomodidad pueden o no estar acompañados de hinchazón en la región.
Los pacientes suelen sentir un dolor aplastante y persistente, o dolores agudos e intensos. En ambos casos, se alivian temporalmente con la ayuda de medicamentos, pero regresan cuando el efecto acaba.
Cambio en la orina y las heces
La coloración de la orina cambia a un amarillo más oscuro e intenso debido a la acumulación de bilirrubina que el hígado no está eliminando.
La inflamación en el hígado puede influenciar negativamente el proceso digestivo, causando estreñimiento, síntomas del síndrome del intestino irritable o cambio en la característica de las heces, que pueden llegar a ser más claras y contener un poco de sangre.
Náuseas
Debido a los cambios en el metabolismo, la digestión y la capacidad del hígado para eliminar las toxinas, la inflamación del hígado puede causar una sensación persistente de mareo y náuseas.
Pueden, incluso, ocurrir ataques constantes e inexplicables de vómito, un fuerte indicador de enfermedad en el hígado, si no está acompañado de problemas en el estómago o en el tracto intestinal.
Retención de líquidos
La inflamación en el hígado también puede causar retención de líquidos en las piernas, los tobillos y los pies. Esta condición, en algunos casos, es acompañada por problemas circulatorios, que hacen que el líquido se acumule y no sea eliminado correctamente. La región de las piernas y los pies es más afectada simplemente debido a la gravedad, pero algunos pacientes pueden experimentar retención también en el abdomen.
Dieta para tratar la inflamación en el hígado
Una dieta apropiada es fundamental para tratar la inflamación y mantener el hígado siempre sano. Siga estos consejos de alimentación para prevenir enfermedades en este órgano tan importante para nuestro cuerpo.
Evite el consumo de alcohol, ya que puede dañar las células del hígado, causando hinchazón y cicatrices que pueden evolucionar a un cuadro de cirrosis, enfermedad que puede ser fatal.
Mantenga una dieta balanceada, rica en frutas, vegetales, proteínas magras y granos integrales, evitando azúcar, sal, harina blanca, fritura y alimentos procesados.
Apueste a los vegetales crucíferos, como brócoli, coliflor, col de mantequilla, nabo y repollo, que contienen una sustancia llamada sulforafano, capaz de estimular la actividad de enzimas desintoxicantes en el hígado.
Aumente la ingesta de nueces y castañas. Son ricas en selenio, mineral con propiedades antivirales usado por el hígado para desintoxicar el flujo sanguíneo.
Consuma más ajo, ya que este alimento es rico en azufre, usado por el hígado en el proceso de eliminación de toxinas. También contiene selenio y alicina, compuestos importantes para el buen funcionamiento de este órgano.
Añadir remolacha a la ensalada del día a día, ya que es rica en flavonoides capaces de contribuir a la mejora de las funciones del hígado.
Coma más aguacate, ya que esa fruta ayuda al cuerpo a producir un antioxidante conocido como glutatión, usado por el hígado para filtrar residuos y sustancias perjudiciales.
Aumente el consumo de limón. Además de rico en vitamina C, es famoso por ayudar en el proceso digestivo y en la eliminación de toxinas.
Utilice más azafrán para condimentar sus comidas. También conocido como cúrcuma, esta especia ayuda al organismo a digerir las grasas y estimula la producción de bilis.
Por último, haga del té verde parte de su dieta. Es rico en catequinas, un potente antioxidante capaz de mejorar el funcionamiento del hígado.
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