Cada año se diagnostican sólo en España unos 4.000 nuevos casos de melanoma, con una tendencia creciente en los últimos años, y alrededor de un 15% de estos casos presentará metástasis letales para el paciente. “Como aún carecemos de un tratamiento altamente eficaz para el melanoma diseminado, la mejor manera de reducir la mortalidad por melanoma sigue siendo el diagnóstico muy precoz del tumor, cuando tiene poco espesor y aún no ha adquirido capacidad de formar metástasis”, explica el doctor Ángel Pizarro, dermatólogo responsable de la Unidad de Prevención y Diagnóstico Precoz de Melanoma de Clínica Dermatológica Internacional. Como el melanoma es el tumor cutáneo más peligroso, es importante dar a conocer todas las opciones posibles que hay para hacerlo y en quiénes está más indicada cada opción. El melanoma también puede manifestarse en los ojos y, rara vez, dentro del cuerpo, como en la nariz o la garganta.
Según el dr. Pizarro, el diagnóstico precoz del melanoma se basa actualmente en cuatro pilares: autovigilancia aplicando la regla ABCD-E, autovigilancia con ayuda de controles fotográficos, vigilancia médica periódica con ayuda de controles fotográficos y vigilancia dermatológica periódica con la ayuda de la dermatoscopia digital.
Autovigilancia aplicando la regla ABCD-E
Tradicionalmente los dermatólogos han dado a los pacientes unas recomendaciones básicas para ayudarles a detectar un posible melanoma, es lo que popularmente se conoce como regla del ABCD-E:
(A) Asimetría del lunar: los lunares suelen ser redondeados y simétricos, mientras que los melanomas suelen ser asimétricos.
(B) Bordes irregulares: los lunares tienen los bordes regulares y en la mayoría de los melanomas son irregulares.
(C) Coloración: suele ser homogénea en los lunares, mientras que en los melanomas suelen observarse diferentes colores y tonalidades.
(D) Diámetro de los lunares: no suelen rebasar los 6 milimetros, mientras que en los melanomas suelen tener un tamaño mayor a este.
(E) Evolución: la mayoría de los lunares benignos son estables o cambian sin ganar atipia. Los melanomas suelen ser inestables y según crecen y cambian, van adquiriendo caracteres más atípicos.
No obstante, algunos lunares atípicos cumplen la regla del ABCD, pero no suelen cumplir la E, no cambian y si lo hacen no ganan atipia. Por otra parte, algunos melanomas incipientes pueden no cumplir la regla del ABCD, como los melanomas nodulares, aunque sí suelen cumplir la E.
Autovigilancia con ayuda de controles fotográficos
En personas con pocos lunares no atípicos esta es una estrategia sencilla y útil para detectar con precisión lunares nuevos o cambios en los previos. Cuando se detecte un lunar así, y más si cumple algún criterio de la regla ABCD, es necesario visitar al dermatólogo cuanto antes. El primer signo de melanoma suele ser un lunar que cambia de tamaño, forma o color. Este melanoma muestra una variedad de colores y un borde irregular, dos signos de advertencia de melanoma.
Vigilancia médica periódica con ayuda de controles fotográficos
En personas que, al contrario que en el caso anterior, sí que tienen un gran número de lunares no especialmente atípicos la autovigilancia puede ser complicada. Esto no quiere decir que excluya la autovigilancia, pero si la complementa, y es que en algunos casos el dermatólogo puede detectar problemas no evidentes para el paciente y en otros contribuirá a tranquilizar a pacientes excesivamente preocupados por sus lunares.
Vigilancia dermatológica periódica con dermatoscopia digital
Esta innovadora técnica tiene su máxima utilidad en los pacientes con muchos lunares y/o lunares atípicos y en personas con otros factores de riesgo para melanoma.
La Dermatoscopia digital se trata de una no invasiva capaz de revelar datos estructurales en los lunares no patentes a simple vista y monitorizar su evolución.
Entre las ventajas del seguimiento de esta técnica destacan:
Facilita la detección de lunares nuevos y permite evaluar directamente su grado de atipia, lo que facilita la detección de algunos melanomas muy incipientes cuando aún no lo parecen a simple vista.
Facilita la detección de lunares inestables que ganan atipia, antes de que este proceso sea evidente a simple vista. De esta forma, se detectan algunos melanomas muy incipientes y se puede evitar su transformación en melanoma.
Se evitan cirugías y biopsias innecesarias.
Es capaz de diferenciar tumores cutáneos de otras lesiones benignas y, por tanto, también puede evitar extirpaciones innecesarias.
Agradecimientos: Doctor Ángel Pizarro, dermatólogo responsable de la Unidad de Prevención y Diagnóstico Precoz de Melanoma de Clínica Dermatológica Internacional.
Imágenes (por orden de aparición): ^@^ina (Irina Patrascu)/Flickr, miss pupik/Flickr, porschelinn/Flickr y mezone/Flickr.
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