En 2007, Troy y Josh Rodarmel, dos hermanos californianos, crearon la primera pulsera holográfica del mercado. Según ellos, introdujeron “en hologramas frecuencias que reaccionan positivamente al campo magnético del cuerpo”. Descubrieron “cómo meterlas en un holograma que, en contacto con el cuerpo, proporciona equilibrio, fuerza y flexibilidad”.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que una frecuencia solo es el número de veces que un fenómeno se repite durante un tiempo determinado, y esto no puede almacenarse. Además un holograma es solo una imagen fotográfica y no emite ninguna radiación, como tampoco lo hacen ninguno de los otros materiales de la pulsera, todos inertes.
Además, según el neurólogo José María González, “el único efecto que puede llegar a producir es el de placebo, ya que las personas que se las ponen tienen una predisposición positiva de sus propias capacidades físicas”.
Por el contrario, muchas personas que las utilizan afirman que los efectos de este tipo de pulseras son completamente ciertos. Deportistas o personas que realizan esfuerzos físicos grandes, certifican la mejora en sus capacidades, y sobre todo en su resistencia.
¿Tú qué opinas? Si ya has probado alguna, te animo a que nos cuentes tu experiencia.
Imagen: Power Balance
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