El segundo cerebro: el intestino

Cada vez se está oyendo más la denominación de “segundo cerebro” al intestino, y es que los especialistas cada vez tienen más claro que su función va mucho más allá de solamente procesar la comida que ingerimos.

Nuestro intestino dispone de más neuronas que la espina dorsal y actúa de forma independiente del sistema nervioso central.

Su gran comunidad microbiana tiene mucho que ver en nuestro bienestar general. Por ello, en la actualidad se están realizando numerosas investigaciones con el fin de determinar si podría funcionar como tratamiento para enfermedades mentales o del sistema inmunológico.

Te contamos algunos datos que sin duda te sorprenderán sobre el interesante “segundo cerebro“:

Segundo cerebro como sistema nervioso autónomo

A diferencia de cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, nuestro intestino puede funcionar solo, es decir, no necesita que el cerebro le diga lo que tiene que hacer.

El sistema nervioso entérico es el encargado del funcionamiento del aparato digestivo, es decir, de nuestro segundo cerebro, y dispone de sus propios circuitos neuronales.

Es sistema, aunque funciona independientemente del Sistema Nervioso Central, se comunica con él a través de los sistemas simpático y parasimpático.

La mayor parte de nuestro sistema inmune está en el segundo cerebro.

Concretamente el 70% de las células de nuestro sistema inmune se encuentra en el intestino.

Por ello, los especialistas creen que esto es lo que hace que la salud de nuestro segundo cerebro sea clave para nuestra inmunidad ante las enfermedades.

De hecho, parece ser que según investigaciones recientes, quienes tienen problemas intestinales, tienen más probabilidades de ser más vulnerables a enfermedades comunes tipo gripe.

Las heces no son solo “basura” de nuestro cuerpo

El 50% de las heces están compuestas por bacterias y la otra mida, son basura y restos de comida que deshecha nuestro cuerpo.

Muchas de esas bacterias son buenas, por eso, los especialistas afirman que los trasplantes de esas bacterias buenas de las heces, pueden ser una forma de tratamiento vital pata algunos enfermos con un microbioma intestinal debilitado.

Nuestra alimentación y el microbioma

Cuanto más equilibrada y diversa sea nuestra dieta, más diverso será nuestro microbioma.

Es decir, cuanto más cuides y nutras a tus microbios, mejor será la calidad de los mismos, lo que se traduce en mayor salud intestinal y en general.

De ahí la gran frase de “somos lo que comemos”, ya que nuestro segundo cerebro se nutrirá de lo que ingiramos.

El estrés y el segundo cerebro

Nuestro aparato digestivo está directamente ligado a nuestros niveles de estrés y estado de ánimo en general.

Mantener a raya nuestro estrés es fundamental para mantener nuestra salud. Por ello, es muy importante incluir actividades que nos ayuden a mantener unos niveles adecuados, la práctica de ejercicio físico y la meditación son dos opciones a tener muy en cuenta.

De hecho, entorno al 80-90% de nuestra serotonina se encuentra en el tracto gastrointestinal, ¡impresionante!. Su cantidad influye directamente en nuestro estado de ánimo, la ansiedad y el estado de felicidad.

Su cantidad puede reducirse a causa del estrés por eso debemos mantenerlo a raya.

Solo tu puedes mejorar tu salud digestiva y tu microbioma intestinal

Unos consejos básicos para que tu salud intestinal se mantenga son los siguientes:

Sigue una dieta equilibrada y diversa.

Manten bajo control los niveles de estrés, para ello practica ejercicio físico con regularidad, incluye ratos de meditación o de desconexión y realiza actividades que te gusten y te evadan del ajetreo diario.

Si ya tienes problemas intestinales, procura evitar el alcohol, las bebidas excitantes tipo café o bebidas energéticas y cuidado con el picante en la comida.

Intenta dormir mejor: el hecho de dormir mal influirá directamente en el biorritmo de tu microbioma, así que, por ti y por tus microbios, procura dormir las horas que te tocan.
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