En países como España, que encabeza la lista de donaciones y trasplantes, el último descubrimiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y de la Universidad de Toronto les resultará de lo más reveladora.
Esta investigación, publicada en la revista Science Immunology, mediante un trasplante en ratones, prueba que la proteína que se encarga de la respuesta inmunológica es la SIRP-alfa, en otras palabras "la proteína reguladora de señales alfa".
Cuando las SIRP-alfa del nuevo órgano y las de las membranas de las células del receptor no son parecidas, las del trasplante se unen a las CD47 de los monocitos, las células del sistema inmune innato encargadas de destruir cuerpos extraños. Esta unión genera unas reacciones que acaban en ambas respuestas inmunes, la innata y la adquirida.
Según apunta Fadi Lakkis, uno de los coautores de la investigación, "la interrupción de este primer reconocimiento de los tejidos extraños por el sistema inmune innato suprimiría todo el proceso de rechazo ya en sus primeras etapas y podría prevenir el fracaso del trasplante".
Según señalan los investigadores, observar cómo al interactuar la SIRP-alfa y la CD47 se provoca la activación de los monocitos podría abrir nuevas vías para evitar los rechazos. Incluso, al bloquear la interacción de ambas en los ratones consiguieron prevenir esta activación, lo que podría evitar la reacción inmunológica.