Descubramos lo que nos une y apartemos lo que nos separa



¿Por qué siempre buscamos y le damos vueltas a aquello que nos separa? ¿Por qué no descubrimos mejor lo que nos une?

Siempre encontraremos cosas que nos pueden separar porque todos somos diferentes, tenemos opiniones contrarias, pensamos o vemos cosas que los otros no ven o las ven de colores distintos; su arcoiris transmite unas tonalidades que a nosotros nos provocan rechazo. No nos paramos, no nos detenemos a analizar, a mirar más allá de lo que vemos y nos quedamos en la superficie, en el envoltorio, cuando siempre lo importante está en el interior, en el corazón.

No mires sus ideas políticas, no cuestiones su religión, no juzgues su temperamento o su egoísmo porque esto siempre te apartará. Detente y mira todo lo bueno que hay en quien tienes frente a ti y en aquello que esconde y no llegas a ver: sus acciones, su sonrisa, su bondad, su generosidad, su humildad, su silencio, su paciencia, su dedicación, su entrega, su ayuda... Hay tantas cosas que nos unen y en las que podemos encontrar esa verdadera conexión, que todo lo demás no importa, porque lo verdaderamente importante es el ejemplo, el testimonio, el crecimiento que nos aporta y que nos hace sumar, crecer y ser mejores.

Hay tantas cosas que nos unen. Hay tanto bueno alrededor a lo que no prestamos atención. Pero solo hace falta detenerse ante la tentación de juzgar y criticar. Esa tentación que sale de nuestro interior analizando a quien tenemos frente a nosotros y que nos hace cuestionar incluso por qué ríe, por qué es buena persona, por qué ha tenido ese acto de generosidad; llevándonos a pensar que siempre habrá un interés oculto y egoísta que le hace ser así a los ojos de los demás para obtener algo a cambio.

Y no solo nos paramos en ver lo que nos separa, sino que además se lo hacemos ver a los demás para que lo juzguen con el mismo rasero que nosotros.

¡Qué facilidad tenemos para ver las cosas malas en el trabajo, en los amigos, en la calle, en la familia, en la pareja, en los hijos..! ¡Qué fácil resulta ver lo que se ha hecho mal, el error, la equivocación y sin embargo cuánto cuesta ver todo lo bueno que se ha hecho bien! Parece que cuesta más trabajo ver y recordar todo lo bueno, cuando además alguno podría pensar que hacer lo bueno es lo que se debe de hacer y por lo tanto no necesita reconocimiento.

Pero aún viendo cosas malas en quien tienes a tu lado, ¿cómo le vas a hacer cambiar si lo que muestras ante él es solo rechazo, crítica y desprecio? Solo se aprende con el ejemplo. Muéstrale tu sonrisa, tu alegría; detente y escúchale para entenderle mejor; regálale esa mirada que llega dentro y hace sentir cariño, esas palabras de aliento que pueden mostrar compresión, ese amor que puede no haber recibido nunca y que incluso no crea que exista. Debemos de condimentar esta vida con signos y gestos de amor.

Las personas que se cruzan en nuestro camino lo hacen por algo. No son casualidades. Ellos tenían que estar ahí en ese momento haciendo lo que están haciendo y nosotros también teníamos que estar ahí. Y seguro que sus acciones nos aportan algo, nos ayudan a aprender, nos ayudan a pensar, y a su vez nos permiten reaccionar en nuestra propia vida aportando también nuestros dones, cualidades y capacidades para que quien tenemos enfrente crezca y pueda corregir su camino.

Precisamente leía el otro día en El evangelio secreto de la Virgen María: Vale más lo menos perfecto en la unidad que lo más perfecto en la desunión. Si no estáis unidos, no sobreviviréis. En la desunión todo se vuelve excusa para haceros daño. Permaneced unidos en esa unidad, que solo es posible mediante el amor al otro tal y como el otro es, y no tal y como nos gustaría que fuera. Y es que es si no aceptamos al otro tal y como es ¿cómo vamos a pretender que nos acepten tal y como somos? Si no vemos lo bueno y lo que nos une de aquellos a quienes tenemos enfrente, ¿cómo van a ver lo bueno que tenemos nosotros y lo que nos acerca a ellos?

Descubramos siempre lo que nos une y apartemos lo que nos separa. Solo abriendo ese extraño paquete que rechazábamos porque nos hacía daño a la vista, podemos admirar lo que se escondía en su interior descubriendo ese maravilloso regalo que nos ilumina y nos llena de alegría.

Porque solo descubriendo lo que nos une, aprendemos el significado de la tolerancia, de la comprensión, de la paciencia, del perdón...

Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.

"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

Fuente: este post proviene de El podio de los triunfadores, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos