De amigos a desconocidos ¿Qué ha pasado?

¿Cuántas veces hemos mirado hacia atrás recordando con melancolía a las personas que formaban parte de nuestro núcleo duro y ahora parecen perfectos desconocidos?

¿Cuántas veces hemos tildado de “amigos” a colegas apegados a nosotros por necesidades mutuas?

¿Cuántas veces hemos temido que esa estrechez se perdiera sin poder aceptar lo inevitable?

¿Amistades históricas o Amistades circunstanciales?

Para saber recolocar a las personas en mi vida, me gusta diferenciar a las amistades en dos tipos: los amigos históricos y los amigos circunstanciales.

Los primeros son personas con las que nos sentimos estrechamente unidos y, a pesar del momento vital en el que nos encontremos, siempre hallamos de nuevo esa intimidad y conexión de siempre. Incluso pueden pasar largos periodos de tiempo y, con un breve café, la sensación es de haber estado con esa persona la semana anterior. No hace falta que os llaméis cada dos días o que forcéis las quedadas.  Ni siquiera hace falta que tengáis el mismo tipo de ocio ya que lo que os une está por encima de ello y a pesar de que tú estés planeando tu paternidad y la otra persona el dar la vuelta al mundo, os entendéis.

Los segundos son aquellos colegas que pasan por tu vida debido a que existen necesidades que compartís en el mismo momento vital. La estrechez e intimidad pueden ser muy elevadas, pero en el momento en que tu necesidad y la de tu compañero no comulgan, de forma rápida y sin apenas saber el porqué, vuestro feeling, vuestras conversaciones y vuestros encuentros, van quedando relegados hasta el punto de desaparecer. No sabes cómo pero aquello tan estupendo que os unía se ha esfumado y cuando os veis, acabáis hablando de vuestros recuerdos y vivencias del pasado porqué en vuestro día a día actual, no existen aspectos en común.

¿Cómo puedo saber si es una amistad de verdad?

Las amistades históricas no implican un extenso periodo de tiempo desde que se configuraron. Te será fácil reconocerlas si…

No es necesario invertir esfuerzo para mantenerlas básicamente porqué te apetece ver a esas personas. En el momento en que te encuentras atrapado en el quedar por compromiso o en el llamar o escribir porqué toca hasta el punto de postergarlo constantemente, mala señal. Una amistad se basa en el interés recíproco y desinteresado, si no fluye, ahí tienes una pista. A menudo nos empeñamos en que lo que nos unía vuelva a estar presente pero, si no sale solo, será por algo. Empeñarte en que ese amigo sea para siempre es como obligarte a llevar los mismos pantalones que hace décadas. Algunos puede que cuelen como vintage y te sienten fenomenal, pero pretender que ocurra con los demás es excesivamente ambicioso, ¿No crees?

No tienes la necesidad de quedar bien. Me parece sorprendente que mantener a las amistades circunstanciales sea más costoso que preservar a las históricas. Si no vas a esa cena programada, algo corre el riesgo de romperse. Si te olvidas de felicitarle el cumpleaños, puede que también. Pero sin embargo, el vínculo firme de tu amigo podrá soportar tu despiste o dejadez. A veces nos esmeramos más en el regalo del vecino que en el de nuestro padre. ¿Se te ocurre por qué?

¿Y cómo distingo lo que no es amistad?

No te fustigues, que las cosas caigan por su propio peso es necesario para avanzar en la vida y recolocar a las personas es una tarea continua que debemos aceptar.

Si te empeñas en que tu círculo social no cambie, deberás quedar supeditado al formato X a pesar de que ya no vaya contigo.

La vida es como una vitrina en la que guardas muchos trofeos. Algunos estuvieron en primera fila hace unos años, sin embargo, ahora se encuentran al final y otros ni siquiera están. ¿Malas o buenas noticias? Si así lo has escogido, ¡Fantásticas noticias! Para dejar espacio a nuevos trofeos, a menudo es necesario que otros se esfumen o recoloquen.

Si te supone un esfuerzo y debes forzarte a fingir un estado emocional, no es una amistad. A menudo, con aquellas personas con las que compartimos ocio, no nos apetece vernos si tenemos un día bajo. Precisamente porqué la única faceta que puedes mostrarles es la de alguien “adecuado”. ¿Pero qué ocurre cuando no es así?

Si vuestra amistad está estrechamente relacionada a un tipo de ocio, tus sospechas pueden ser ciertas. ¿Para seguir igual de conectados debes salir de copas cada viernes?

Tu vida y tus necesidades son cíclicas y los personajes redondos requieren modificar el entorno para poder evolucionar. ¿Eres uno de ellos?

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