Cuando hablamos de tos ferina nos referimos a ese padecimiento respiratorio que es muy contagioso. Se origina a raíz de la bacteria Bordetella pertussis. Ésta puede perjudicar a las personas de cualquier edad, pero es popular entre los más pequeños de la casa.
Dicha enfermedad se destaca por los fuertes espasmos de tos que siguen de un jadeo constante parecido al de un silbido. Usualmente, se transmite en el instante que la persona enferma tose o estornuda.
Si la tos ferina se torna grave, es posible que se requiera de trato médico y en el peor de los casos, hospitalización.
Los síntomas de la tos ferina
La tos ferina perjudica principalmente la vía respiratoria superior, logrando así que éstas se inflamen. Eso crea mucha producción de mucosidad que al mismo tiempo consigue molestar la vía respiratoria. Es allí que aparece la tos originada por la enfermedad.
En la tos ferina existen tres etapas que a continuación veremos:
La primera etapa se llama catarral y tiene una duración aproximada de dos semanas desde que aparece.
Síntomas
Se pierde el apetito.
Una ligera fiebre
Ojos lagrimosos y constante secreción nasal.
Una molesta fatiga.
Constantes estornudos y tos irritante.
Durante la segunda etapa llamada paroxística usualmente dura 6 semanas puedo fácilmente se puede extender a 10.
Síntomas
Se producen espasmos fuertes de tos.
Generarías un agudo silbido luego de toser, en el instante que se inhala aire.
Un vómito constante o coloración azul a raíz de la tos fuerte u obstrucción de las vías.
La última fase se llama convalencia y tiene duración de varios meses.
Tercera fase (fase de convalecencia), puede durar meses:
En dicha etapa todos los síntomas han desaparecido. Inclusive, luego de varios meses de haber aparecido el comienzo de la tos ferina. En el instante que el sujeto es afectado por otra infección respiratoria, la tos ferina originaría recurrencia a los espasmos de tos.
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