Santiago es una de las ciudades más contaminadas del mundo y al aire tóxico de cada día se ha sumado ahora el humo de los incendios que lamentablemente arrasan Chile. Así que lo que hoy comparto contigo, más que una receta, es un resumen de los remedios naturales que he puesto en práctica estos días para aliviar la tos de mi hijo y conseguir que tanto él como yo podamos dormir.
Infusión para los bronquios
Pon a hervir un cazo con agua, anís estrellado, clavo de olor, unas hojas de matico y manzanilla. Deja hervir durante 3 minutos y después apaga el fuego y deja infusionar con la tapa puesta durante cinco minutos. Cuela el agua y agrega miel y jugo de limón al gusto.
El resultado es una infusión de sabor muy agradable que puedes guardar en un frasco en la nevera y tomar a cucharadas varias veces al día o beberla bien caliente.
Por cierto, el matico es una planta medicinal originaria de Chile, Perú y Argentina recomendable para el tratamiento de numerosas afecciones. En este caso lo incluyo a la infusión porque es bueno para la bronquitis, la neumonía y otros problemas respiratorios. Pero su uso también se recomienda para tratar nauseas, vómitos, gases, cistitis.y un largo etcétera.
Jarabe casero para la tos
Trocea una cebolla en un cuenco y espolvorea azúcar por encima. Deja reposar al sereno toda la noche y por la mañana cuela el jugo que ha “sudado” la cebolla. Aunque no lo parezca, el sabor de este jarabe es muy rico, gracias al azúcar. ¡A mi hijo le encanta! Yo lo guardo en la nevera y se lo doy dos o tres veces al día cuando tiene tos.
El viejo truco de la cebolla
Este me lo enseñó mi abuela ¡y también funciona!. Simplemente hay que cortar una cebolla por la mitad, dibujar unos cuadraditos con un cuchillo sobre la superficie abierta y espolvorear sal por encima.
Coloca la cebolla con sal en la mesita de noche, ¡y a dormir!
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