Y lo peor es que con este tiempo es más fácil pillarse un resfriado. ¡Con lo peligroso que es!
¿Qué por qué?
No sé si sabéis que con la fuerza que hacemos al estornudar podemos llegar a rompernos una costilla.
¡Es cierto!
Como la fuerza que se origina en la caja torácica a la hora de estornudar está concentrada en un solo punto, podríamos llegar a rompernos alguna costilla con un estornudo particularmente fuerte.
¿Sabías que con cada estornudo expulsamos gérmenes y aire a más de 160 km por hora?
¡Casi como un saque de Nadal!
Así que ya lo sabéis, cada vez que estornudéis cuidado con vuestras costillas, no os las vayáis a romper.
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