Para ponerte las lentillas de contacto hay que seguir unas instrucciones mínimas que te harán esta tarea mucho más fácil, cómoda e higiénica. Hacer esto favorecerá su correcta conservación a largo plazo y, con ello, garantizarás tu salud ocular. Las primeras veces que te enfrentes a esta situación puede resultar algo más complicado por la falta de práctica y la poca costumbre, sin embargo, en poco tiempo aprenderás y resultará ser un protocolo simple que no te costará realizar.
Algunos consejos antes de comenzar
Lávate las manos con jabón no perfumado.
Sécate las manos con toallas limpias y libres de pelusa.
Evita el contacto entre las lentes y superficies que puedan dañarlas como uñas u objetos cortantes.
Asegurarte de que cada lente de contacto está en perfectas condiciones.
Ponerse las lentes de contacto
Coloca la lentilla sobre la yema del dedo índice de la mano con la que suelas trabajar. Dada la delicadeza de la operación, es importante que si eres diestro o zurdo lo tengas en cuenta.
Con la misma mano sujeta el párpado inferior y deslízalo hacia abajo. Al mismo tiempo, con la mano contraria, sujeta con fuerza y delicadeza el párpado superior. Con esta operación conseguirás mantener el ojo totalmente abierto facilitando la entrada de la lente.
Ante un espejo y siempre en una posición cómoda, mira fijamente la lente y deposítala sobre la córnea, es decir, sobre el círculo de color situado en el centro del ojo.
Una vez que la lente está en su lugar puedes soltar suavemente los párpados que mantenías sujetos con los dedos de ambas manos.
En caso de quedar alguna burbuja de aire entre la lente y el ojo, evita la tentación de frotar con los dedos. En lugar de eso cierra los ojos y muévelos suavemente haciendo círculos, si esto no fuese suficiente presiona ligeramente sobre el párpado cerrado hasta que la burbuja desaparezca.
Distintos tipos de lentes de contacto
Para cada necesidad tienes unas lentes distintas que se adaptan a tus requerimientos de forma específica. De esta forma puedes acceder a lentillas diarias que tendrás que cambiar con cada nueva jornada, o lentillas mensuales con las que podrás convivir durante más tiempo. La clave está en probar y consultar a un experto para saber cuál es la que mejor responde a las propias necesidades.
Agradecimientos: CooperVision España.
Imágenes (por orden de aparición): helgabj/Flickr, Malkav/Flickr y