Crueldad e imprudencia en medicina

 


 La presente es para intentar explicar el despropósito en que estamos metidos, médicos y pacientes, debido al pánico de la enfermedad y al desconocimiento de unos y otros, también al adoctrinamiento mediático de la industria que paga los medios, y debido a nuestro ego, a nuestra ya no nescencia sino, con toda la información que hay, pura ignorancia. Lo haré con un caso que conozco de primera mano: el de mi madre. Espero ser objetivo y que ella me perdone, pero dados los hechos es casi lo único que puedo hacer.

Los pacientes siguen creyendo en esos, como dice Hamer, "aprendices de chamán" que están estresados por la presión de trabajo, que no tienen en cuenta la parte humana y personal, que están identificados con su ego. Lo hacen porque aún creen que el hecho de trabajar en un hospital y llevar una bata (imprinting al nacer) les da la "autoridad".
A finales de 2013 mi madre ya había presentado 3 trombosis venosas profundas de miembros inferiores, una de ellas en miembro contralateral.  Por supuesto los diagnósticos fueron sólo clínicos e indirectos y no hubo en aquel entonces diagnóstico de la causa. Mala praxis según mi opinión.  Tras el último episodio (contralateral) le recomendé que deberían hacerle un tac pélvico: pero "ella no quiso porque su médico le dijo que no era necesario". Tiempo después otro médico se apercibió de lo mismo y entonces se lo prescribió y "ella sí quiso porque era médico de hospital". Tras unas semanas nos llamaron urgente a consulta de hematología.
La acompañé y nos dijeron lo que yo ya sabía pues ya había visto el tac, menos mal que la tenía prevenida de lo que la iban a decir, porque sé que la información puede ser "cruel". Ttenía diagnóstico (etiqueta) de linfoma de bajo grado, pero de tamaño considerable que le compromete las grandes venas de retorno pélvicas… Por supuesto ya casi tenían escritos los papeles para la quimioterapia (a partir de ahora pondré "quimio", para resumir). Yo estaba atemorizado por esa posibilidad, que según mi opinión la podría matar, pero sabía que era su decisión. Pero le rebatí al médico delante de ella que eso le fuera a curar. Este entró en contrariedad y no contento y al ver que ella se estaba decantando por no ponérsela que no la convencía "le pidió que nos echara para hablar a solas con ella" (¿presionar?, ¿mala praxis?, ¿abuso de poder?). Me fui porque me lo pidió mi madre, no porque lo dijera él, y volví a entrar cuando me lo permitieron. Él estaba aún más desconcertado y contrariado y sus palabras fueron: "esto es surrealista! ¡de esto se  muere la gente!" (información cruel), y me tiró en la mesa un estudio clínico de poca relevancia, pero el único que tienen en el caso más parecido (no igual) al de mi madre, que para nada demuestra que sea aconsejable poner dicha quimio. Son  estudios del tipo que yo ya he dejado de leer y desinformarme con ellos hace años, pues sólo comparan unas quimios con otras en pacientes sin ninguna complicación y jóvenes, pero que nunca estudian pacientes como mi madre: de edad avanzada, o con insuficiencia cardiaca u otras patologías, y que tampoco comparan pacientes a los que se les administra con los pacientes a los que no se les administra. Parece que estuviera prácticamente prohibido hacer estas comparaciones, o publicitarlas cuando se han hecho.
Mi madre estaba empezando a entrar en pánico y yo solo le dije al médico, para que lo oyera ella : "¡y tú sabes que esto no cura!". Y , claro, él se calló no sin cabrearse más… Ella le reiteró que no se la pondría y entonces él nos echó con estas palabras: "si no se la va a poner entonces no vuelva por aquí". Mala praxis según mi opinión, ¡muy mala praxis!. Pero suspiré de tranquilidad… porque pensé: "mejor que no vuelva con "este" que es únicamente un quimio terapeuta, y no va a tratar bien a mi madre por sus prejuicios"…
Ya no tenía "médico del cáncer", se lo había negado el sistema permitiendo que existan médicos como este, y yo no hice nada por remediarlo pues lo prefería así, ya que yo mismo podía ir controlando lo que pasaba. Así recibiría (o eso pensaba yo) menos radiaciones radiológicas, también sufriría menos miedo por informaciones en revisiones protocolizadas acientíficamente, y sufriría menos visitas innecesarias al hospital, tampoco vería cada poco tiempo pacientes calvos y desnutridos e intoxicados no por el cáncer sino por el tratamiento en un hospital de día, etc. Sabía que estaba librando a mi madre de todo eso, lo cual no es poco. Ella ya sólo iría a su internista de la insuficiencia cardiaca, o mejor dicho los internistas (porque cada 6 meses la ve uno diferente). Estos quisieron hacerse cargo de lo que llamaron "seguimiento": radiarla cada 6 meses con un tac. Una costumbre (el seguimiento) acientífica y que solo sirve para tener asustados a los pacientes años. Accedí reconociendo que era un mal menor. Pero eran los mismos internistas que cuando empezó con el linfedema no supieron diagnosticar que el edema era mixto también cardiogénico, mala praxis también en mi opinión, hasta que se lo sugerí enfadado, entonces accedieron a tratarle también la insuficiencia cardiaca con diuréticos (el fármaco más probado para el tratamiento de esta dolencia, por encima de los fármacos caros que se usan ahora). ¿Por qué fue esto de no caer en diagnosticarla?: pues porque ellos ya sabían que tenía un linfedema y trombosis y con esto les bastaba. Pero sobre todo cuando una persona tiene una neoplasia entonces muchos médicos mediocres comienzan a atribuir "cualquier síntoma" a la neoplasia y no buscan la causa de los síntomas nuevos, como le está pasando actualmente a mi madre. Y dejan de tratar otras cosas ya de por vida, o de por muerte diría yo…
Aunque  el edema se enlenteció unas semanas con el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, seguía lógicamente el linfedema y mi madre llegó a estar con elefantiasis que le creó un conflicto motor (no podía andar). Yo, porque a sus médicos no se les ocurría (¿o porque no se había puesto la quimio?), sugerí tratar sintomáticamente con medias elásticas y al final no tuvieron más remedio que acceder a hacer lo que NO se les había ocurrido a ellos, nueva mala praxis,  y la tuvieron que decir que aquello que ya había recomendado el vascular hacía meses había que seguir haciéndolo. He de hacer notar que cada vez que solicitaba un tratamiento sintomático y totalmente indicado, ellos accedían no sin antes cuestionarlo "porque no se ponía la quimio": nuevamente mala praxis, creación de miedo, "crueldad". Pero luego cuando les insistía lo hacían (¿falta de criterio quizá?…). Y también que siempre quieren poner lo que llaman "tratamiento activo", cuando esta técnica (la quimio) es un tratamiento paliativo, no urgente,  desproporcionado y con mortalidad… De activo tiene muy poco, el paciente es quien firma si consiente, y si no saben hacer otra cosa este es su problema, porque otras cosas y mejores las hay, la primera y mejor para mí: no ponerse quimioterapia.
Ellos se limitaban a su escáner cada 6 meses y a repetirla insistentemente cada vez que la veían que: "¿por qué no se pone la quimio que lo que tiene es grave". Que además yo se, por mis estudios de NMG, que no es verdad y que influyen sobre todo otros factores…. Y mala praxis de nuevo por no respetar la decisión del paciente y por información reiterada cruel y carente de humanidad, tanto para ella como para mí: que me habían soltado toda la responsabilidad y negado la posibilidad de verla bien atendida cuando yo no podía porque no trabajo en un hospital, simplemente porque no se quiso poner la quimio. Y falta de respeto a su compañero médico e hijo de la afectada, al que menospreciaban por ego y desconocimiento …
Es muy frustrante hablar con compañeros médicos y que te traten con menosprecio absoluto ante tus comentarios y opiniones médicas,  sólo porque saben que yo he dejado de hacer lo que hacen ellos, o sólo porque yo no opino como ellos. Para un hijo con una madre enferma ya es cruel, pero si encima eres médico y te tratan así tus "ex-"compañeros, lo creo doblemente cruel. Sus mensajes subliminales eran "como ella no se pone la quimio no me cuentes más cosas…, yo no te debería facilitar ni las medias elásticas".
Esto se agravó cuando ella padeció hidronefrosis, pasó lo mismo con el urólogo, que dijo: "aquí el tratamiento es la quimio, no podemos hacerla medidas derivativas paliativas" (¿mala praxis?). En ningún momento el urólogo se puso de mi lado, en ningún momento me tranquilizó, en ningún momento pidió mi opinión o quiso colaborar con migo: sólo habló y sentó catedra y nos hizo ver que ellos mandaban. Eso si: de chaqueta, corbata y bata, aspecto de puritano y supongo que un ego "que no le cabía por las puertas"…. Yo, que no quiero entrar en polémicas, decidí esperar y consultar a un cirujano, y a una radio terapeuta. Porque yo no estoy en contra de la medicina científica ni mi madre tampoco: por eso los sigue consultando aunque ellos no le ayudan según mi opinión, pues sólo le producen pánico….
Pero finalmente nos quedamos con una asesora de NMG que le hizo una larga entrevista (porque yo no puedo asesorar a mi madre), y con tratamiento homeopático que me ayudó a poner un verdadero profesional: amigo y al que si considero compañero, "aunque no sea médico". Extrañamente para ellos, no para mí, el linfoma remitió, la hidronefrosis desapareció, el linfedema se esfumó, el conflicto motor se resolvió: como dice Hamer con una crisis epileptoide, paralítica, temporal de minutos, etc.
Pero "ella volvió a su/s médico/s internistas del corazón" (cosa que yo nunca le he negado aunque no estoy ya para nada de acuerdo que se entrometan en su linfoma, en su vida o en sus decisiones). Estos se extrañaron de su buena evolución  ella les confundió diciéndoles que era por la cebolla y el tratamiento natural (porque no es por eso). Yo en esa consulta no estaba, no pude y no era necesario, mi madre estaba bien. He de anotar también, para no ser injusto con el lector, que mi madre también había tomado corticoides a dosis bajas en dos o tres ciclos cortos. Pero ellos atribuyeron todo a eso y entonces ¡le dijeron que debía continuar con el  corticoide!, que yo casi tenía retirado. Más mala praxis. Y aquí empezó el despropósito: de mi madre que empezó a creer de nuevo en ellos "porque por primera vez le habían dicho a su criterio erróneo que lo que hacía estaba bien, que por primera vez no le habían juzgado peyorativamente". Y se tomó el corticoide meses, no había manera de que lo dejara.
Más despropósito porque yo me retiré, cosa que nunca debería haber hecho con una persona que no sabe del tema y que sólo se rige por sus emociones, por la desinformación que ve en la tele y que además tiene muchos problemas vivenciales añadidos que le cronifican el linfoma. Aunque debo decir que el corticoide era a micro dosis, que le puso su médico no oncólogo, y que por eso no insistí demasiado en un tiempo para quitárselo.  Después de meses los médicos olvidaron pedirle el tac y se lo dejaron para después del verano, ella estaba bien y estaría 9 meses en vez de 6 sin ser radiada, una batalla ganada. Ya casi la teníamos convencida para que dejara el corticoide . Pero semanas después la llamaron diciéndola  "que se les había olvidado pedirle el tac, tiene que hacérselo" y aquí se reanudó el despropósito. Ella estaba asintomática pero el linfoma había crecido de nuevo (por una nueva resolución de conflicto que no comento porque es privado).
Ellos parece que lo estaban esperando con ansia, para volverla a atemorizarla: le dijeron que estaba progresando y que esto es muy malo (según ellos) "¡no entendemos porque no se pone la quimioterapia!". Entonces la familia entra en pánico, todo el mundo se vuelca en ella, la llevan a otro médico, la atienden continuamente y, sólo por esto,  hace otra resolución: y se edematiza más y, ahora sí, comprime de nuevo el uréter y la pierna comienza a hincharse de nuevo. Yo le había dicho que el colon estaba paralizado, en el tac se veía aunque ellos tampoco lo vieron, que tenía que hacer una limpieza, que tenía que dejar de contrariarse, que tenía que comer biológico e integral (ella no hace nada de eso). Y porque vivo a 600 Kms, y porque es mi madre y no la debo tratar, solicitó que les recomendara un naturista y les dije uno. Les recomendé uno bueno, de esos que se dan mucho bombo pero también de esos que saben porque además son verdaderos médicos, uno que trabajó como yo, en un hospital. ¡Craso error!:  resultó ser un naturista, pero también un alópata, lo que yo llamo "alópatas naturistas", que no tienen en cuenta la mente, que no saben de medicina de Hamer. Y este le recomendó "ir al hospital para mirarse el intestino": no le valía con el tac, ni la clínica y ni la exploración, tenía que ir al hospital, por eso y porque ellos son los que tienen el poder de las pruebas diagnósticas, en este caso endoscopias.
De pronto me entero que estaba ingresada ya durante una semana porque tenía inapetencia, e hinchazón abdominal. No la ponían corticoide, pero la insistían en la quimio, la sugerían (con las actitudes y palabras) que se podía morir, la dieta nefasta como en cualquier hospital de España, obligada a despertarse a las 7 de la mañana lo cual impide la vagotonía, las hijas en pánico quejándose de todo y poniendo más nerviosos a los médicos, y ¡ya le estaban administrando opiáceos!. Tuve que hablar personalmente con el médico por teléfono antes de esperar más. Por fin le pone el corticoide, pero al principio a dosis menores de las que habíamos convenido "no sé muy bien por qué y me guardo mis apreciaciones", y al día siguiente tras nuestra insistencia a las dosis acordadas "e indicadas" según sus protocolos . ¿También fue mala praxis según mi opinión esto de la dosis menor?, posiblemente. Además se le decía que había que poner la quimio. Sospecho también que pudo haber otros motivos egóticos por la conversación final con los médicos que resumo más abajo.
Cuando llego al hospital me la encuentro postrada, pálida, asténica y por supuesto en posición de víctima y pensando en la muerte, todos le decían que la cosa era irremediable. Lo primero que me dice es "hijo, yo me quiero ir de aquí". Y le pregunto: "sabes que me van a preguntar por la quimio ¿qué les digo?", y me responde: "que no me la quiero poner, pero no puedo hablar más con esos médicos, por favor". Con el antiinflamatorio ya no tenía dolor espontáneo epigástrico, solo ligera molestia a la presión. Le hago una anamnesis de minutos, le exploro el abdomen (cosa que no hacía su ¿médico? habitualmente, mala praxis según mi opinión) y, también por mis conocimientos en NMG sé que ha tenido  y sigue teniendo gastritis, o a lo mejor úlcera, (pero no han querido comprobarlo porque dicen que es el linfoma y le han negado una gastroscopia; nueva mala praxis según mi opinión), y una probable ascitis (que yo sé por la NMG que no es signo de progresión asi que prefiero que  no se la descubran), además de hinchazón por bloqueo linfático con anorexia por probable edema gástrico y digestivo secundario. Pero, ¡sobre todo!, lo que tenía era "pánico", porque el tema humano y psicológico les importa, perdónenme la expresión, ¡tres cojones!.
Al saber que yo estaba allí me mandan llamar para hablar, cuando llego no era el médico sólo, era el médico, pero además el jefe de servicio (que dicho sea de paso estaba blanco y con las manos heladas y las pupilas puntiformes…), y otro internista más según ellos especializado en quimioterapia (les están quitando el trabajo a los oncólogos, ¡como estos no se espabilen!…), aparte de otra persona que no sé si era enfermera o si iba sólo como testigo… Yo además estaba nervioso, no olvidemos que es mi madre y estaba grave, que venía de un viaje de 600 Kms, que estábamos a casi 40 grados a la sombra, que la estaban poniendo opiáceos, y que estábamos en un hospital inhumano…. Le habían puesto opiáceos pero sólo hasta hace dos días porque, "como se le informó al médico ya no los tomaba hacía 48 horas" porque no tenía dolor desde que le hicieron lo que ellos llaman "tratamiento activo con antiinflamatorios". Pero  se los administraban las enfermeras: ellas/os le daban dos pastillas por la mañana y no preguntaban si las había necesitado o no al día siguiente, supongo que estaban pautadas "si precisa" y que lo hacen así para quitarse trabajo (mala praxis también según mi opinión en este caso de la enfermería).
Mi atención estaba sólo puesta en pocas cosas: saber si le habían visto algo más (perocomprobé que  no habían sabido ver nada más de las causas de su clínica) y saber "para qué narices la tenían ingresada si no se quería poner la quimio" y porqué "el jefe de servicio" le había dicho a una de mis hermanas "¿Ustedes son las que no les quieren poner la quimio?…" atemorizándolas, siendo cruel, no respetando la decisión de la paciente, etc. Nueva mala praxis.
Me presionaron a mí también: no solo por el cónclave que habían montado (¿por qué harían  eso?, ¿que extremo interés hay en que se ponga la quimio y convencernos, como para molestar a tres profesionales más además de su médico?… aquí no quiero comentar más… Me presionaron hablando de nuevo del mal pronóstico según ellos, de la quimio de nuevo… Hasta el punto que les tuve que callar y decirles que no necesitaba que me explicaran más eso, porque yo soy oncólogo y porque mi madre no la quiere, y que yo sólo estaba allí para saber el motivo de la larga duración del ingreso y saber la situación clínica actual de mi madre. Pero siguieron insistiendo inhumanamente. Entonces les dije: "si quieren se lo piden por escrito y la atemorizan más, aunque ella misma me ha dicho que no quiere hablar más de eso y llevemos un año y medio diciéndoles lo mismo". Y les añadí: "si vuelvo a ver cualquier otro médico de los que en este año y medio se lo han repetido tantas veces volverlo a hacer (que siempre era cualquiera que la viese: hematólogo solo una vez porque la echó, internistas, urólogo de la primera vez, y también en una ocasión una que ni es médico…), les pondré una queja, aunque en mi mente está "una denuncia por lo penal con nombres y apellidos" por denegación de derecho de auxilio: por no tratamiento adecuado de síntomas, por sólo uso de opiáceos y por información cruel. Les dije que si no había otro motivo: que le dieran el alta, no quería entrar en más polémicas egóticas y quién sabe si ¿por algo más?…
Pero ahí no acaba la cosa: entonces me dijeron que si no se ponía la quimio, los corticoides también son tratamiento activo, como queriéndomelos negar, por eso pienso que se los retrasaron y la pusieron opiáceo. Y al decirles que "¿qué me quieren decir con ello?" se callaron. Entonces ya ocurrió lo que más me alucinó: el jefe de servicio me dijo "¿entonces qué hacemos?" (y pensé: jefe de servicio y ¡no lo sabe!). Y le dije, ¡al jefe de servicio de medicina interna de un gran hospital!: "lo que tienen que hacer es lo que tienen que hacer: tratamiento de síntomas, no presionar más con la quimio o les pongo una queja, y nada más que yo sepa". Y se me olvidó una cosa, pero me la recordó él: "entonces no le hacemos más tac". A lo que respondí: "¡por supuesto!, no están indicados cómo los hacen, salvo si hay clínica que los indique porque se quiera llegar a un diagnóstico añadido por una agudización".
He de resaltar que el médico internista pero, según ellos, "especialista en linfomas:  ¿un quimio terapeuta?", al ver que la paciente no quería realmente quimio (que supongo nadie se lo había informado y estaba ahí por decisión de su superior y para presionar más ), había decidido ya irse muy educadamente,  y minutos después la otra persona no sé si enfermera, no sé si sólo testigo, también lo hizo casi sin mediar palabras. Y el médico pálido de manos frías, el jefe, terminó la conversación ¡¡por fin!!, minutos después tras esa pregunta tan absurda que me había hecho y mi respuesta. Y nos fuimos.
Añadir que aunque su médico sabía que llevaba dos días sin necesitar opiáceos le pautó al alta, en dosis fija, tramadol 200 mgs día (podría denunciarle, pero en la historia seguramente no conste que no lo tomaba hacía cuarenta y ocho horas, porque estas cosas tampoco las reflejan siempre los/las enfermeros/as: y entonces no tendría yo defensa ante esta conducta imprudente del médico, también mala praxis en este caso de él, no sólo de las enfermeras, porque se lo habíamos informado nosotros). Pero hubo  más mala praxis: le pautó corticoide sin alopurinol. Y para terminar no le escribió el tratamiento completo, sino las palabras "añadir" o "quitar": una mala costumbre según mi opinión, que lleva a muchas iatrogenias peligrosas a veces.
Afortunadamente me la llevé a casa, y al día siguiente estaba en vagotonía, sin palidez, la pierna deshinchándose, el hambre volviendo, y la vida continuando. No sé cuánto tiempo durará si ella no quiere o no puede entender más cosas, y si la siguen metiendo pánico, pero si sé que yo he hecho lo que debía, que esta medicina es cruel y poco científica, y que sigo en mi opinión de no querer volver a ella a no ser que el médico, en este caso yo, pueda hacer lo que quiera y lo que sepa, entre otras cosas no poner quimio si no lo cree conveniente, indicado o adecuado.
Es triste pensar que por el ego principalmente, esto no pueda mejorar lo rápidamente que podría, pero que es también por el control del sistema, en este caso la presión que pueden ejercer por el poder económico que tienen las multinacionales farmacéuticas,, pero no sólo por eso: sino porque dejamos todos que el poder económico nos siga controlando: viendo la tele o simplemente no informándonos cuando ya hay mucha información en la web, cuando un compañero te la pasa aunque se haya vuelto no convencional, cuando te lo dice un hijo, o cuando tu intuición te lo está indicando. Es triste pensar que seamos tan ignorantes todos.
Dedicado a mis múltiples ex compañeros médicos, y algunos pocos compañeros médicos. A mis pacientes. A la gente en general.
Nota: tenemos grabaciones prácticamente de todas las conversaciones con médicos. Esto no es hacer ruido. Esto es defenderse.
Fuente: este post proviene de Blog de Victor Vazquez, donde puedes consultar el contenido original.
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