Testimonio de Bebel Royo (ver vídeo)
“Al principio no se lo dije a nadie. No quise preocuparles. Solo cuando salí del hospital pude compartir mi experiencia”. La abuela de mis hijas, Bebel Royo, me cuenta que debió contagiarse en uno de sus viajes a Madrid para visitar a su hija y nietos. “Ya en casa, en Tenerife, comenzaron algunos síntomas, como la tos, pero no era tanta y no le di importancia”.
Al cabo de diez días empeoró y fue ingresada en el Hospital Nuestra Señora de La Candelaria. Los recuerdos de Bebel orbitan entre sonrisas y cuidados cariñosos del personal sanitario del centro hospitalario y se trasladan hacia el mensaje que desea transmitir: “De esta se sale, pero tenemos que cuidarnos mucho y hacer caso a los expertos”.
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