Un día largo, muy largo e intenso donde las circunstancias han hecho que las emociones bailen y jueguen con los que allí hemos estado. Es una suerte tomar conciencia de que es un regalo dejarse sentir; sintiendo yo aprendo, comprendo y recuerdo, es de la única forma que en mi la memoria funciona. Hoy me voy a detener en las emociones y lo que ellas nos completan nuestra vida, si somos capaces de conocernos emocionalmente y saber llevar una buena gestión de ellas.
Y para comenzar nada mejor que ponernos de acuerdo en lo que significan las palabras de las que hablamos. Una emoción es “la alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática” ; también es “el interés expectante con que se participa en algo que está ocurriendo. Un sentimiento Es “la Acción y efecto de sentir o sentirse” es “el estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. Por eso, por la manifestación de nuestra conducta es tan importante comprender y poner a funcionar lo que es nuestra Gestión Emocional que definimos como la habilidad de las personas para percibir, usar, comprender y manejar las emociones. Esta habilidad se puede utilizar sobre uno mismo o los demás. Es cuando hablamos de inteligencia emocional. Siendo esto así, cualquier estimulo ya sea externo del medio ambiente o interno de la mente y el cuerpo, genera en nosotros una emoción que nos va a llevar a tener una determinada conducta.
De acuerdo a esto debes conocer que la inteligencia emocional implica 4 componentes fundamentales:
• Percepción y expresión emocional: Autoconocimiento
• Facilitación emocional
Y claro está, tendremos que comenzar a poner nombres a todas esas emociones que nos rondan cada día y que pueden llegar a aparecer sin control.
Comprensión emocional
Regulación emocional a través de la empatía y de las relaciones interpersonales.
Por lo general estas emociones sustitutivas limitan nuestra forma de desarrollo personal, limitan nuestra forma de relacionarnos y distorsiona la imagen de cómo somos percibidos. Es más conocido por todos que las emociones básicas son aquellas que responden adecuadamente en calidad, intensidad, y duración a la situación aquí y ahora. Estas son rápidas y fácilmente identificables: Rabia, Tristeza, Miedo, Alegría y Amor.
También tenemos con nosotros a las emociones sustitutivas; son aquellas que se aprenden porque el sistema familiar, prohíbe, casi siempre de una forma no consciente, la expresión de las básicas, generando las siguientes: falsa alegría, falsa rabia, falso afecto, falso miedo, ansiedad o angustia, vergüenza, melancolía, rivalidad, resentimiento, inadecuación confusión, depresión, envidia, culpa y celos.
Ahora te invito a que te pongas a prueba y pienses:
¿Cuál es la emoción básica que más te cuesta expresar?
¿Cuáles son las emociones sustitutivas que siento más frecuentemente?
Saber llevar correctamente la propia gestión emocional es una acción que requiere mucho entrenamiento, mucho autoconocimiento y el saber conducir y cambiar aquellas emociones que nos están perjudicando. Tienes que saber que con una buena gestión emocional podrás mejorar e incrementar tus relaciones personales, tu autoestima va a aumentar gradualmente, te va a facilitar el afrontar situaciones conflictivas, podrás aumentar tu salud mental y física, llegaras a conocer dónde poner unos límites correctos, sabrás expresar un enfado adecuadamente y permitiéndote cortar esos vínculos nocivos que tanto te descentran de tu objetivo.
¿Cómo pienso que aprendí esta manera de expresar?
Hay que comenzar por tomar conciencia de esas emociones que para ti son limitantes y que de alguna forma te desvían de tu foco. Te dejo aquí una herramienta de toma de conciencia que podrás utilizar en momentos de tensión emocional:
1. Haz una pausa y preguntate: ¿Qué esta sucediendo ahora?
2. Una vez respondido continua con estas otras tres preguntas: ¿Qué hago ahora? ¿Qué siento ahora? ¿Qué pienso ahora? ¿Qúe está pasando?
3. Es en este momento cuando te tienes que preguntar que estas tratando de lograr en esta conversación. Y ten en cuenta que solo al hacerte la pregunta ya estás comenzando a cambiar algo en ti: ¿Qúe hago ahora que me impide obtener lo que quiero?
4. Haz una respiración profunda y continua.
“El primer paso hacia la conciencia es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Y a medida que te vas haciendo conciente empieza a ocurrir un milagro: dejas de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, tu cuerpo esta más entonado"
Osho.