Aunque nuestra recomendación es siempre leer la guía del modelo específico de irrigador bucal facilitada por el fabricante, le indicamos las instrucciones básicas sobre cómo utilizar un irrigador dental, aplicables para cualquier modelo:
Antes de comenzar con el irrigador, realice las técnicas de limpieza tradicionales como el cepillado y el hilo dental.
Rellene el depósito con agua tibia o la solución que haya elegido.
A continuación seleccione la boquilla más adecuada para usted, en función del tipo de limpieza que vaya a realizar. Insértelo en la cabeza del irrigador hasta que haga un click.
Seleccione la presión de agua deseada, que dependerá la sensibilidad de cada uno. Recomendamos comenzar con baja presión e ir aumentándola progresivamente sin que le resulte molesto. Es importante no aplicar una presión mayor de la que se pueda tolerar, especialmente en caso de encías sensibles.
Coloque la punta del irrigador bucal en las encías, formando un ángulo de 90 grados.
Presione el botón de inicio hasta que salga el chorro.
Recorra suavemente las zonas interdentales y de encías hasta asegurarte de que todas ellas han sido limpiadas correctamente. Se recomienda empezar limpiando la parte frontal y acabar por la parte trasera de los dientes.
Posteriormente puede volver a repasar las zonas que lo necesiten o incluso, masajear las encías
Una vez terminado, vacíe el depósito de agua y limpie el aparato para su próximo uso.
Si sigue estas simples instrucciones, le aseguramos que conseguirá una higiene oral óptima y disfrutará de una salud bucodental envidiable.
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