Cómo puedes superar la ansiedad con Mindfulness

Cómo puedes superar la ansiedad con Mindfulness


Voy a comenzar a explicarte por qué la meditación puede ser una de las mejores alternativas para superar la ansiedad.

¿Alguna vez te has parado a pensar qué es la ansiedad y para qué sirve?

La ansiedad es una emoción defensiva. Esta nos pone en alerta cuando estamos en peligro, nos aporta energía para tomar acción y nos da el impulso para reaccionar rápidamente ante cualquier situación. Esta emoción, para muchos, es una cruz, pero en realidad es una gran aliada, ya que, gracias a ella, hemos podido sobrevivir a lo largo de nuestra historia. Lo importante es conocerla bien y saberla gestionar.

El inconveniente con la ansiedad y con otras emociones que se convierten en un problema suele darse cuando reaccionamos a ellas con aversión y rechazo. La aversión -que es otra emoción problemática- también nos defiende de peligros externos, pero cuando aparece para defendernos de nuestras propias emociones o dolores físicos, empeora los síntomas y agrava la situación. En el caso de la ansiedad, puede volverse algo crónico o patológico.

Siempre podemos tener razones para sentir ansiedad, ya que nuestro día a día está repleto de vivencias que pueden activarla. Lo importante no es, no sentir ansiedad, sino saber gestionarla.

La ansiedad puede resultar una emoción complicada, ya que desencadena una variedad de síntomas que no son agradables, falta de aire, palpitaciones, sudores etc. Cuanto más nos oponemos a esos síntomas reaccionando con aversión, más posibilidades tenemos de que empeoren, llegando en el peor de los casos a convertirse en un problema grave de salud.

Conocer profundamente la ansiedad, comprender por qué aparece y entender mejor su motivación, puede ayudarte a gestionarla mejor y conseguir superarla.

La meditación para manejar los síntomas de la ansiedad

La meditación es una de las disciplinas más eficaces para manejar los síntomas de la ansiedad. Eso se debe a que nos enseña a regular nuestras reacciones automáticas de aversión, ante emociones o síntomas que no nos gustan. Cuando la ansiedad se vuelve aguda o ya no se centra en un verdadero problema, es cuando se transforma en un trastorno psicológico y nos incapacita en nuestra vida.

Para poder contener la ansiedad y que no se desregule, es significativo aprender a identificar cuándo es algo normal a causa de una situación real, o se nos está yendo de las manos.

Mecanismo

Ahora vamos a ver cual es el mecanismo...

Cuando no estamos en peligro, el estímulo de la ansiedad es interno, ya qué no está ocurriendo nada en ese momento. Vienen a nuestra mente pensamientos como: el Covid nos va ha matar a todos, me van a despedir del trabajo o que mi dolor de tripa es a causa de un cáncer terminal y no una simple gastroenteritis.

Nuestra mente conecta el impulso con todo lo que hemos vivido, aprendido o lo que nuestro entorno nos ha trasmitido. Entonces lo etiqueta como dañino o peligroso y se pone a la defensiva. Piensa que la posibilidad de que eso pase es muy alta y nuestro cuerpo reacciona de forma desmesurada, para enfrentarse a ese grave peligro que nos acecha.

Es a partir de este momento que empezamos a sentirnos mal, nos ahogamos, sentimos palpitaciones, sudores fríos, se nos nubla la vista... Nos llegan cantidad de pensamientos negativos, confusión, bloqueo, ganas de llorar y problemas para dormir.

Nuestra mente, para evitar todo esto, de forma inconsciente nos induce a solucionarlo con malos hábitos: comer demasiado, consumir drogas, hiperactividad.

Todas estas soluciones funcionan a corto plazo, pero a la larga, tienen efectos negativos para nuestra salud: obesidad, adicciones, estrés...

La meditación nos invita a prestarle atención a la mente y al cuerpo.

Con la práctica de Mindfulness calmamos la mente y se ralentiza el flujo continuo de pensamientos. La practica de la atención plena te invita a estar centrado en el presente y pendiente de las cosas que te ocurren en este momento. Evitamos la rumiación constante, dejando de prestar atención a las cosas que ocurrieron en el pasado o qué ocurrirán en el futuro. La rumiación es la causante principal de la ansiedad y la depresión.

Cuando nos centramos en el presente, sentimos todo lo que ocurre en ese momento, incluido lo malo e incómodo: emociones desagradables, temores... Es importante aprender a reconocer cómo estamos es el presente. Con la práctica de Mindfulness, intentamos no reaccionar de forma automática con más temor, enfado, rechazo, etc. Para eso, practicamos la atención plena, prestando atención deliberada a la respiración y volviendo a ella cada vez que la mente vuelve a hurgar en el drama de nuestros pensamientos.

Cuando prestamos atención a los miedos, éstos pierden su poder. Descubres que ese desasosiego no es a causa de un terrible peligro sino qué tan solo se trata de un pensamiento o pensamientos desagradables. La ansiedad pierde fuerza y deja de ser un problema.

Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.

Fuente: este post proviene de Saludterapia, donde puedes consultar el contenido original.
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