No en vano, ha sido uno de los remedios naturales más utilizados durante generaciones: sin contraindicaciones, se utiliza para fortalecer el cuerpo en períodos concretos caracterizados por el debilitamiento de las defensas como cambios de estación, antes de un examen, en momentos de fatiga, dificultad para concentrarse o en etapas de convalecencia. Desde la antigüedad, la jalea real ha sido utilizada por mujeres embarazadas o en período de lactancia, niños y ancianos.
Se trata de una sustancia blanca, lechosa y viscosa, producida por las glándulas salivales de las abejas nodrizas; se le llama “jalea real”, porque es el alimento esencial de la dieta reservada a la abeja reina y a las larvas jóvenes en sus primeros tres días de vida. Gracias a este noble nutriente, la larva real experimenta inmediatamente un crecimiento extraordinario y vivirá hasta 3-4 años, a diferencia de los zánganos, cuya vida dura tres meses, y las obreras, que no superan los 45 días.
La elección y crianza de una nueva reina se caracteriza por la construcción de unas celdas especiales, algo así como los aposentos reales. El resto de las abejas se encargan de erigir estas habitaciones en las que acumularán el alimento destinado a la superalimentación de las larvas reales.
El apicultor, tomando estas células y sacrificando las futuras reinas, tiene así la posibilidad de extraer este fabuloso complejo vitamínico, de sabor aromático y algo amargo (pH 3,5-4,5), que se recoge mediante el raspado con herramientas no metálicas o a través de la succión con un tubo de vidrio para, posteriormente, filtrarlo para eliminar las impurezas. Sus beneficios biológicos se deben a la riqueza en nutrientes y a su eficaz acción sinérgica.
Los principales componentes de la jalea real son el agua, las proteínas, el azúcar, los lípidos y las sales minerales. Aunque existen variaciones considerables, la composición de la jalea real permanece relativamente constante al comparar diferentes colmenas.
El agua constituye aproximadamente dos tercios de la jalea real fresca, pero analizando el peso en seco, las proteínas y los azúcares son, con mucho, las fracciones más representadas.
Tónico y estimulante, aporta un torrente importante de energía en humanos sanos. La ingesta de jalea real suele estar asociada a una sensación de bienestar general, es decir, tiene un efecto positivo en el rendimiento físico e intelectual (mayor resistencia a la fatiga, mejor capacidad de concentración) y en su estado mental (sensación de bienestar y euforia). Además. la vitamina B5 es un potente “antienvejecimiento“: retrasa los efectos del envejecimiento de la piel y también ejerce de escudo frente a algunas enfermedades, como el lupus eritematoso.
El componente más preciado de la jalea real es el ácido 10–hidroxiecenoico, una grasa que ejerce una actividad antibacteriana y antitumoral. Este importante principio orgánico está presente en los alimentos frescos y alcanza su máxima concentración durante la fase de procesamiento de la jalea real que tiene lugar en las glándulas faríngeas de las abejas nodrizas y disminuye a medida que el producto envejece, lo que pone de relieve la necesidad de consumir en la medida de lo posible jalea real fresca.
Así pues, la jalea real se erige como un fantástico superalimento: contiene casi todos los elementos básicos de la vida, por lo que es muy útil utilizarla a cualquier edad y sin preocupaciones. Sus campos de aplicación son casi ilimitados, ya que representa un complemento alimenticio natural cuyo radio de acción engloba a todo el organismo.