¿Soy un buen candidato a imbécil...o ya ejerzo?
Centra tu atención en aquellos consejos que se resuman en 10 pasos.
Búscate un gurú (aunque no te lleve allí donde quieres ir, quizás te lleve al huerto...)
Exige al mundo lo que tú no eres capaz de dar.
Olvídate de las pequeñas cosas de la vida, las grandes lucen más.
Empodérate aunque sólo sea gritando. La fortaleza debe ser eso.
Opina de todo aunque no sepas de nada. Lo importante es decir lo que se piensa...y no pensar lo que se dice.
Borra de tu vocabulario el “gracias o por favor”, te hará parecer que los demás te deben pleitesía.
Hazte abanderado de cualquier cosa, creerás que eres alguien.
Mírate al espejo y si no te gusta la imagen que te devuelve...¡apaga la luz!
Si has llegado aquí, es que no has leído el primer punto...
Y si después de cumplir con estos sencillos pasos vuestro pecho no revienta de orgullo, no cejéis en el intento, seguid practicando, que el imbécil se está forjando...
(extraído de la obra “El elogio del imbécil, ese personaje que nunca soy yo”)
Fuente: este post proviene de Con viento favorable , donde puedes consultar el contenido original.
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