¿Cuáles son las causas de las varices?
Las varices se deben a la presencia de válvulas débiles y lesionadas en las venas. Después de que las arterias y los capilares llevan sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo, las venas devuelven la sangre al corazón. Las venas de las piernas tienen que vencer la fuerza de gravedad para hacerlo. Entre las principales causas encontraremos las malformaciones congénitas del sistema valvular, las secundarias a una estancia prolongada de pie y los obstáculos mecánicos al retorno venoso, cual acontece en el embarazo y en otros procesos. A veces aparecen después de una flebitis, y otras sin causa conocida. La debilidad de las paredes de las venas puede causar debilidad de las válvulas. En condiciones normales, las paredes de las venas son elásticas. Si se debilitan, pierden su elasticidad normal. Se vuelven como una banda de goma gastada por el uso. Entonces se alargan y ensanchan; al hacerlo, las hojas de las válvulas se separan. Al separarse las hojas, la sangre puede devolverse a través de las válvulas. Esta sangre llena las venas y dilata las paredes aún más. Las venas se agrandan, se hinchan y a menudo se retuercen para caber en el espacio normal que les corresponde. Estas venas son llamadas varices.
¿Cuáles son los síntomas y signos de las varices?
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Alguno de los síntomas de las varices son los siguientes:
Visualización de la red venosa de las piernas: por lo general, pueden verse varices en la cara externa de los muslos, detrás de las rodillas, y en la cara interna de la pierna. Pero al principio no empiezan a aparecer otros síntomas.
Pesadez y cansancio de las piernas: sobre todo, cuando se está mucho tiempo inmóvil de pie. Esto ocurre porque empieza a acumularse la sangre en las venas de las piernas. Normalmente los síntomas mejoran al andar, con ejercicio y levantar las piernas.
Dolor: de intensidad variable según las personas. Normalmente se localiza en los trayectos de las venas afectadas, principalmente en los tobillos y pantorrilla.
Calambres: principalmente nocturnos.
Hormigueos: esto ocurre más que todo cuando las piernas permanecen mucho tiempo en la misma postura. Por ejemplo, durante el cine o durante viajes.
Varices o venas dilatadas y retorcidas: al avanzar el deterioro de las venas, estas se van dilatando y alargando, por lo que tienen que hacer curvas para poder acomodarse en el espacio disponible para ello. También existen otras causas en las varices como la picazón en las piernas, especialmente en la parte inferior y los tobillos. A veces este síntoma se diagnostica incorrectamente como sequedad de la piel, también está el síntoma del cambio de color en la zona en la que se encuentra la várice.
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¿Qué tratamiento debemos tener para poder combatir las varices?
En primer lugar, debe establecerse un tratamiento tonificante de los vasos con preparados que el médico indicará en cada caso. Pueden hallarse indicadas inyecciones esclerosantes de la venas. La cura “radical” consiste en la resección de la vena safena interna, de su cayado y de sus colaterales, o la extracción de toda la vena safena utilizando pequeñas incisiones, una en la ingle y otra en la parte inferior del miembro afectado. Debe plantearse el tratamiento en el caso de las varices desarrolladas, las que han producido alteraciones en la piel o grasa subcutáneas, y aquellas en las que se quieren evitar futuras complicaciones. Por motivos puramente estéticos pueden tratarse las varices o las arañas vasculares.
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