Ante una pregunta como esta creo que tú, yo y todos, respondemos que la familia, pero la realidad del día a día lleva a uno y otro a priorizar erróneamente acciones y decisiones laborales que van en detrimento de la familia, así como las responsabilidades y obligaciones que conlleva.
Es cierto que uno no puede ser un irresponsable y olvidarse de la importancia que tiene el trabajo y los necesarios recursos económicos que necesita una familia, pero igualmente tampoco puede ser un irresponsable relegando a un plano inadecuado a la familia, menospreciando el papel tan importante que va a jugar en el desarrollo de la vida profesional.
No se debe olvidar —más bien uno debe tener presente siempre—, que cuando sabes hacer familia, cuando procuras su felicidad, cuando te ocupas de ella, cuando la llevas en tu interior, desarrollas tu trabajo muchísimo mejor, sumando tu alegría al desempeño diario y aumentando tu productividad.
He visto amigos, compañeros, ejecutivos y líderes, llegando a ser el número uno de algo que en ningún momento proporciona la felicidad que otorga la familia. Sin embargo he visto amigos, compañeros, ejecutivos y líderes que llevaban permanentemente ligada su familia en todas sus acciones y decisiones, y ha sido tal el entusiasmo transmitido, que su éxito no ha sido solo para sí mismo o la empresa sino para el equipo, los compañeros, los clientes y proveedores.
El tiempo de la familia es de la familia y cualquier situación laboral, social o lúdica que lo reste, deberá ser compensada y no precisamente con regalos.
Es un acto de cobardía e irresponsabilidad cuando uno no se atreve a decir a ese jefe que —día tras día— pretende restar tiempo a tu familia, que tan importante es este deber con el que cumplir, como el de efectuar un determinado trabajo. La urgencia que muchas veces requiere ese trabajo, suele venir de problemas de organización y planificación o compromisos no evaluados con los ejecutores del mismo.
La familia es un pilar tan fundamental en la vida de cada uno y cuando ese pilar se resquebraja, se ve afectado todo lo que te rodea.
Es cierto que determinadas acciones o decisiones que se toman con respecto a la familia, pueden ser un freno para un mejor puesto, mayor sueldo o más prestigio, pero por la misma regla de tres y con mucha mayor importancia, pueden provocar en el seno de la familia un mayor desarraigo con la pareja, con los hijos, su crecimiento, su educación y su futuro, restando importancia hacia los valores fundamentales.
En mi vida profesional he antepuesto en muchas ocasiones la familia a ampliaciones de horarios, incrementos de jornadas, reuniones maratonianas, así como a "copas y celebraciones" que me apartaban o restaban mi dedicación y cariño hacia mi mujer, mis cuatro hijos y demás familiares. ¿Podría haber llegado más alto? No sé si a nivel profesional y económico habría llegado más alto, pero lo que os aseguro es que como hijo, hermano, sobrino, tío, marido, padre y abuelo, he conseguido llegar mucho más alto y me ha proporcionado mayor felicidad a mí y a los míos.
Lo importante es lo más importante. Tienes que defender la familia. Tu pareja y tus hijos te necesitan. Hay que estar donde tienes que estar cuando tienes que estar: en casa, con tu pareja, practicando la maravillosa comunicación, en el colegio, en una reunión con profesores, en un festival, en un cumpleaños, jugando con tus hijos, escuchándoles, educándoles, enseñándoles, en el médico, paseando, riendo juntos y transmitiendo felicidad a tu alrededor en familia y sin olvidarte de contagiar a los demás miembros.
No quites tiempo a la familia, porque cuando quieras recuperarlo puede que sea demasiado tarde.
Ten presente que la huella que hayas dejado en tu familia, siempre será mucho más profunda que la de tu trabajo y siempre te proporcionará mayor felicidad.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"