Existen herramientas que permiten a la industria alimentaria priorizar acerca de los contaminantes que suponen o pueden suponer un peligro, y esto puede llevarse a cabo a través del acceso a investigaciones sobre salud pública y a datos estadísticos de incidencia.
Actualmente, las autoridades de seguridad alimentaria están trabajando intensamente en la determinación de las consecuencias que puede tener una exposición a contaminantes químicos conocidos o recientemente identificados, desarrollando estándares para los métodos y niveles de detección e impulsando la realización de estudios que conlleven el análisis químico de tejidos humanos, muestras de sangre o leche materna.
Pero... ¿cuáles son esas sustancias químicas cuya presencia en los alimentos puede suponer un peligro?
Pesticidas
Medicamentos veterinarios
Micotoxinas
Sustancias químicas industriales, como acrilamida o benceno.
Metales pesados: Cadmio, plomo, mercurio.
Contaminantes orgánicos: Dioxinas e hidrocarburos aromáticos policíclicos.Los riesgos emergentes desde el punto de vista químico pueden ser el resultado de la exposición a sustancias químicas conocidas (pesticidas, benceno o metales pesados) o bien a aquellas cuyo riesgo ha disminuido en el pasado, pero que puede volver a incrementarse en el futuro debido a distintos factores como nuevas prácticas agrícolas o el desarrollo de nuevos productos por parte de la industria alimentaria.
Diversas sustancias químicas han sido protagonistas debido a su implicación en distintos accidentes relacionados con la seguridad alimentaria. A continuación citamos unas cuantas:
Benceno: Se utiliza en la fabricación de plásticos, resinas, fibras sintéticas o tintas. Se ha detectado su presencia en refrescos y preocupan los recientes estudios que indican que su toxicidad es superior a la considerada actualmente.
Acrilamida: Se emplea en la fabricación de plásticos y en el tratamiento de aguas. Puede manifestarse en los alimentos debido a su exposición a altas temperaturas (como ocurre en los tratamientos de fritura, cocción y asado) mediante la reacción de Maillard. La acrilamida es cancerígena a altas dosis.
Melamina: Se utiliza en la fabricación de plásticos y ha sido utilizada para falsear los niveles de proteína en los piensos en EE.UU en 2007 o en la adulteración de leche infantil en China en 2008. La melamina da lugar a la aparición de cálculos renales.Si te ha resultado interesante este primer post de 2015, puedes compartirlo con tus contactos en las redes sociales o bien dejar tu comentario. ¡Gracias!
______________________________________________________________Fuentes:
BenKinney, M. T. (2008). How to assess the risk of emerging chemical contaminants in foods. Food Safety Magazine, February/March.
FAO. Climate change: implications for food safety. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Roma
Gijs, A. y Hans, J. P. Marvin (2009). Indicators of emerging hazards and risks to food safety. Food an chemical technology, 47, pp: 1022-1039