Testimonio verdaderamente inspirador si estás en ese punto que no aguantas más tu trabajo.
Gracias Elena!
Como psicoterapeuta estoy acostumbrada a lidiar con la “infelicidad” en todas sus variantes: estrés, depresión, bloqueo emocional, miedos, fobias…
La diferencia entre alguien feliz y alguien infeliz es que la persona FELIZ es
espontánea
libre
“siente y padece”
hace lo que le gusta la mayor parte del tiempo
lo que siente, piensa y hace tiene un mismo sentido
¿Cómo te sientes tú?
¿Feliz?
¿O infeliz?
Un trabajo que odias
Son muchas las causas que nos llevan a ser infeliz. Pero el trabajo que realizamos es una de las que más quebraderos de cabeza nos da.
Porque la mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos en el trabajo. Es inevitable. Y un trabajo te puede asfixiar o te puede realizar.
Y si tu trabajo te asfixia, te hace infeliz…. y debes gastar mucha de tu energía cuando no estás trabajando en quitarte el enfado, el agobio, el estrés que te causa…
¿Qué te hace no parar?
¿Qué parte de ti muere cada día con tu trabajo?
Se puede: yo dejé mi trabajo de funcionaria para convertirme en autónoma
Sí, parto del hecho de que siempre fui un poco “bicho raro”, una inconformista en búsqueda permanente.
Aunque de cuna aprendí a ser socialmente correcta, a controlar mis emociones (casi hasta el punto de negarlas), a dar lo que se esperaba de mi… Me convirtieron en una chica buena, que estudiaba sin destacar, pero que obtuvo su carrera y su primer trabajo precozmente.
A los 21 años ya trabajaba como trabajadora social para la Junta de Andalucía, por las mañanas, y en la Universidad de Sevilla, por las tardes. Por las noches estudiaba para obtener mi “plaza fija, para toda la vida” de funcionaria.
Pasaba mi día entre papeles, me consumía. Más cuando proponía alguna mejora para agilizar la gestión y recibía respuestas de los jefes del tipo “No innoves tanto, que si corres tanto, se acabará el trabajo, y te quedarás en paro…”…..
¡¡¿¿CÓMO??!!
No me gustaba lo que hacía, pero me engañaba creyendo que era por mi condición de eventual, que cuando fuera funcionaria, otro gallo cantaría.
Y no, cuando obtuve mi plaza de funcionaria todo seguía igual.
Con la diferencia que me mandaron más lejos a trabajar y tardaba una hora y media e ir y otra en volver del trabajo.
Me consumía. Y sólo tenía 30 años.
Así que cambié por dentro para poder vivir con alegría.
Te cuento cómo lo conseguí.
PASO 1: TOMA DE CONCIENCIA DE MI REALIDAD
Me habían entrenado para ser un borrego: familia, sociedad…
Pero si seguía siendo un borrego seguro que terminaría con depresión.
Me costaba levantarme todos los días. Encontrar una motivación era insufrible.
Negar lo que sentía era una opción: aquel trabajo no me gustaba, me dejaba vacía, me ocupaba todo el día, pero tenía un sueldo suficiente.
Ésa no era mi opción. Yo quería ser feliz, sentirme satisfecha cuando me acostaba por las noches, no quería dedicar 9-10 horas al día a un trabajo que odiaba.
Ser consciente de lo que sentía, y de lo que quería para mi pasó por un trabajo de crecimiento personal que puedes leer aquí si te interesa
http://cuidatupsique.com/vivir-relajado/
PASO 2: GANANDO SEGURIDAD INTERIOR
Me formé como psicoterapeuta.
Hice más de 300 horas de terapia personal.
Más de 200 horas de supervisión clínica.
Más de 6 años de formación teórico-práctica en terapia psico-corporal (o análisis bioenergético)
Y sobre todo recibí muchas opiniones contrarias a mi decisión:
“Estás loca”
“Con lo cómodo que es el trabajo de funcionaria, con lo que te ha costado llegar ahí…abandonarlo por algo inestable……………………….”
“Eres culo de mal asiento, nunca vas a estar conforme”
“¿Por qué caminas al contrario que todo el mundo?”
“Te vas a estrellar”
…
Y sí , la seguridad interior, sólo se consigue con formación excelente, con conocimiento de uno mismo, de las propias limitaciones y potencialidades, y con constancia.
Hay que saber echar raíces profundas, para que los vientos y huracanes que vendrán no nos puedan romper nuestro sueño.
PASO 3: TRANSFORMANDO MI REALIDAD
Mi cambio no fue algo rápido, alocado. No creo que esos cambios lleven a buen puerto.
Fue un cambio lento, de los que marcan tanto por dentro, que de forma inevitable se ve por fuera.
Y como bien dice Álvaro a lo largo de su blog, nadie lo puede hacer por ti. Nadie puede “realizarte”. Eres tú quien tienes que “autorrealizarte“.
Y eso implica movimiento. Energía. Trabajo. Constancia. Riesgo. Adrenalina.
Y ningún terapeuta ni coach puede hacerlo por ti.
Cuando tienes claro dónde estás, quién eres, qué quieres…sólo te queda ponerte manos a la obra. Y arriesgarte a transformar tu realidad.
Las "buenas decisiones" son las que se toman sin exceso de pasado ni exceso de futuro.
Las que se toman con la proporción justa de entrañas, cabeza y corazón. Así que si:
escuchaste tus entrañas(sensaciones, necesidades, deseos, intuiciones),
las contrastaste con tu razón (todas tus experiencias vitales, lo que aprendiste, estudiaste, comprendiste de la vida),
y lo compartiste con quien te quiere(sí, no estás solo/a en el mundo).
Ya eres capaz de tomar una decisión con éxito(iniciar un movimiento, diseñar el "cómo" y ponerlo en práctica).
PASO 4: DUDAS, FRACASOS Y DIFICULTADES
Llegan. Claro que llegan y muchas.
Cuando hago mis números al final de cada mes y veo que no llegan a donde me gustaría.
Cuando me pongo enferma y no hay nadie que me sustituya.
Cuando tengo que esforzarme más y más para conseguir resultados.
Cuando estoy baja de ánimo, siempre sigue apareciendo alguien que me dice: “si siguieras en tu plaza de funcionaria”…
De lo que más he aprendido es de mis fracasos.
Mi nueva trayectoria la empecé con tres compañeros más, en un local fantástico en el que invertimos mucho. Pero aquello no funcionó. Teníamos intereses diferentes, formas de enfrentarnos a la vida distintas. Y de nuevo tuve que tomar una opción y marcharme. Y volver a montar mi consulta. En ese momento surgió mi blog.
De los fracasos siempre se sale creciendo y reforzados.
Sólo hay que recordar que lo que nuestras entrañas nos dice, debe estar en consonancia con lo que pensamos y con lo que hacemos, sino….nos asfixiamos.
PASO 5: LIBERTAD INTERIOR
Y la conseguí.
Elijo mi horario de trabajo según mis necesidades, mis deseos.
Ahora mismo, escribo mientras mi bebé duerme, y mi hijo mayor está en la escuela. Esta tarde iré a la consulta una hora, mientras mi hijo mayor va a clases de inglés y mi bebé juega con su otra mami. Mañana trabajo por la mañana y por la tarde, ya todos saben que es un día fuerte de trabajo de mamá.
Soy congruente con lo que siento, con lo que me apasiona. Y eso me hace respirar tranquila todas las noches cuando voy a dormir.
No fue fácil. ¿Quién dijo que alcanzar los sueños fuera tarea fácil?
Hay momentos de frustración y de alegría en cada logro
Cuando se desea y se busca algo con mucho empeño, se disfruta mucho más.
¿En qué momento de tu cambio personal y laboral te encuentras tú?
¿Cómo te enfrentas a tus frustraciones?
¿Miedo a dar el paso de abandonar ese trabajo que odias?
Atrévete a iniciar el debate. Hablamos en los comentarios.
Un abrazo,
La entrada Los 5 pasos que di para salir de un trabajo sin sentido y dedicarme a mi vocación aparece primero en Autorrealizarte.