Buena salud mental
Una buena salud mental se caracteriza por el equilibrio entre lo que deseamos y lo que alcanzamos y por el hecho de vivir de manera armónica con nuestro entorno y con nuestras posibilidades físicas, psíquicas y económicas.
Podemos decir que alcanzamos equilibrio emocional cuando somos capaces de aceptar que tenemos limitaciones y, a la vez, logramos adaptarnos de manera saludable a nuestra realidad. Esto no quiere decir que nos quedemos acomodados en nuestras deficiencias. Se trata, más bien, de conseguir crecer desde la realidad de lo que realmente soy.
Para conseguir salud mental y equilibrio emocional, es necesario que todos los días pongamos de nuestra parte, ya que ambos son una realidad dinámica. Cada día es necesario que nuestra atención se centre en cultivar este equilibrio. Debemos saber que la salud mental se logra gracias un proceso que no se desarrolla de manera lineal. Siempre habrá fases de subida y bajada. Nunca podremos decir.¡Por fin lo he conseguido! o ¡Ya he llegado! Necesitamos ser capaces de adaptarnos de manera saludable a aquello que vayamos teniendo que vivir.
La inestabilidad es parte de la vida
Por esta razón, se puede afirmar que, el hecho de tener cierta salud mental, tiene que ver con que seamos capaces de sentirnos cómodos con cierto desequilibrio. La mayoría de las personas pasamos nuestra vida con cierta inestabilidad que entra dentro de la normalidad. Sin embargo, cuando el desequilibrio es mayor, estaremos hablando de grandes patologías que se cronifican como la esquizofrenia, por ejemplo. Tendemos a pensar que una persona que tiene cierta estabilidad mental es porque no tiene problemas. Eso no es cierto. La persona que se considera sana mentalmente es aquella que es capaz de mantener el equilibrio entre lo que desea y lo que obtiene, entre sus capacidades y lo que proyecta y entre sus posibilidades y lo que necesita. En definitiva, una persona con alto equilibrio emocional tendrá estabilidad en su vida cotidiana, sea cual sea la situación que experimente.
Manejar las emociones
Cuando somos capaces de manejar las emociones obtenemos bienestar emocional y, como consecuencia, bienestar mental. Esto se consigue cuando somos capaces de reconocer nuestras emociones y aceptarlas. Cuando podemos sentirnos cómodos incluso ante emociones desagradables, quiere decir que tenemos equilibrio emocional.
Si somos capaces de ser tolerantes con nosotros mismos y flexibles con los cambios, podremos mantener nuestro equilibrio emocional y, por consiguiente, disfrutar de la vida.
Tu equilibrio emocional solo depende de ti
Vivimos en una sociedad en la que mantener el equilibrio emocional no es demasiado fácil. Desde que somos pequeños nos movemos en ambientes altamente competitivos que nos enseñan esa manera de relacionarnos con los demás. El hecho de competir continuamente nos ocasiona un enorme desgaste psicológico. Además de esto, la presencia continua de la tecnología nos empuja a estar constantemente fuera del momento presente.
Todo esto nos dificulta mucho el encontrar cierto equilibrio emocional. Por ello, la mejor manera de poder equilibrarnos es nuestra propia voluntad. Un buen conocimiento de uno mismo y la voluntad de adoptar ciertas rutinas que nos permitan encontrar equilibrio, son los mejores aliados para mantener una buena salud mental.
Rutinas que te ayudarán a equilibrarte emocionalmente
Si tu cuerpo y tu mente se unen para crear un ambiente sano, el equilibrio emocional surgirá con mayor facilidad. Podemos decir que, en ese caso, obtendremos un balance mental y emocional y esto te hará más fuerte. Si mantienes ciertas rutinas saludables, podrás aportar muchos cambios a tu manera de vivir y de contemplar el mundo que te rodea.
Cuida de tu cuerpo
Cuando cuidas tu cuerpo cada día, lo ejercitas físicamente y lo alimentas con alimentos sanos y naturales, el cuerpo te responderá positivamente. Evita el alcohol, el tabaco y las bebidas azucaradas. Una vida sana es tu mejor aliada.
Se riguroso con tus horarios
Los horarios de las comidas y los horarios de descanso deben de ser respetados siempre. Cuando hacemos esto, seguimos los ritmos naturales que más benefician a nuestro cuerpo. La regularidad que le ofrezcamos a nuestro cuerpo será equivalente al nivel de salud que este nos ofrezca.
Comienza y despide el día con una meditación
Si consigues hacer una pequeña meditación a primera y última hora del día, tu mente permanecerá ordenada y por lo tanto tus emociones. Cuando meditamos nos convertimos en el observador que se distancia del peso de los problemas de cada día. Esta distancia nos proporciona la perspectiva necesaria para conseguir mayor equilibrio.
Conecta con la naturaleza
Reserva todos los días un rato para conectar con la naturaleza. Con una simple paseo por un parque durante 15 minutos será suficiente. Por supuesto, si tienes la oportunidad de salir a la montaña, sería estupendo. No obstante, con un mínimo de contacto con árboles, pájaros, y aire puro será suficiente para mantener tu equilibrio emocional más estable.
A menudo olvidamos la importancia del agradecimiento. Aunque atravesemos situaciones difíciles siempre habrá algo por lo que podamos sentirnos agradecidos. Damos por hecho que cosas simples como el caminar, comer o ver y sin embargo, deberíamos estar agradecidos por ello. Encuentra cada día cosas por las que sentirte agradecido. Decide que no necesitas dejar de tenerlas para poder valorarlas.
Deja tiempo para no hacer nada
Para poder aguantar el ritmo frenético que lleva nuestra vida necesitamos reservar espacios de tiempo en los que podamos parar. Aunque solo sean 10 minutos, procura encontrar cada día un rato para practicar el maravilloso arte de no hacer nada. Mereces sentir que, durante un ratito al día, te das a ti mismo el placer de no ser productivo, de hacer el tonto, de mirar por la ventana, o cualquier cosa que no tenga ningún propósito. Esto te conectará con la parte lúdica que hay en ti y que quizá hayas olvidado que existe.
En conclusión, si aplicas estas prácticas en tu día a día conseguirás ejercitar y cuidar tu mente. Y ese es el camino que sigue el método Crear Salud, que, además, no solo trabaja con la meditación y la atención plena, sino que también busca fomentar una correcta nutrición en las personas, así como una vida activa.
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