Yo quiero hablar concretamente de la celulitis, pero antes de comenzar primero debemos definir qué es eso de la celulitis.
Según terminología médica, la celulitis es una inflamación aguda del tejido conjuntivo subcutáneo que se observa con más frecuencia como resultado de la infección de una herida, úlcera u otras afecciones dérmicas.
De este modo, podemos ver que realmente la celulitis no es lo que pensábamos que era. Sin embargo, la RAE también la define como la “acumulación subcutánea de grasa en ciertas partes del cuerpo, que produce en la piel una rugosidad similar a la de la piel de la naranja”. Por lo general, afecta más a mujeres que a hombres y suele localizarse en piernas y/o nalgas.
Por esta razón, la mayoría de las personas confunden tener un exceso de peso corporal con padecer celulitis; sin embargo esto no es cierto ya que muchas mujeres en un peso adecuado (mal denominadas “delgadas”) también la manifiestan. Así pues, es bastante acertado decir que todos los que tienen sobrepeso padecen celulitis pero no todos los que tienen celulitis tienen un exceso de peso.
Parece ser que la genética tiene un papel importante en el desarrollo de esta afección así como cambios hormonales. Otros factores, más fácilmente modificables, incluyen falta de hidratación, hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol, sedentarismo, ropa muy ajustada y una alimentación inadecuada.
Si bien es cierto que disminuir de peso (o mantener uno saludable) y aumentar el ejercicio físico pueden prevenir la celulitis, no hay evidencia científica que demuestre que una vez instaurada sea la solución, ni los tratamientos que abundan (masajes, cremas, suplementos, fajas, operaciones), ¡que no te engañen ni saquen los cuartos!
Como se suele decir, “mejor prevenir que curar”, y en este caso, ¿cómo prevenir?
- Evita el tabaco y el alcohol (sí, sí, la cerveza y el vino también van incluidos).
- Dale un descanso a tus pies (en el caso de mujeres) y de vez en cuando deja a un lado los tacones altos.
- No uses ropa muy ajustada, permite a tu circulación fluir sin dificultad. En este mismo aspecto, procura no estar en una misma posición mucho tiempo seguido. De igual manera, duchas de contraste de agua fría-caliente pueden ayudar.
- Haz ejercicio. No hace falta que te mates en el gimnasio, pero una buena rutina de ejercicios tanto de tonificación como aeróbicos van a desarrollar tus músculos, mejorar el riego sanguíneo y ayudar a mantener la grasa corporal a raya.
- Hidrátate. Recuerda que nuestro cuerpo está compuesto en un porcentaje alto de agua, cuando no bebemos lo suficiente nuestras células pierden el agua de su interior, perdiendo también su forma, haciendo que la piel pierda su elasticidad y turgencia.
- Lleva una alimentación saludable. Los alimentos nos van a proporcionar todos los nutrientes necesarios para, junto con los apartados anteriores, mantener en buen estado nuestro cuerpo. No hace falta que repita en qué consiste una alimentación saludable (pista: échale un vistazo a otros post de este blog).
Con esto me despido hasta el próximo día. ¡Feliz fin de semana!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada