Recuerdo que una amiga me decía en clase que yo solìa exaltarme, y algo curioso y hermoso de la verdad es que no puede esconderse, puedes negarla pero no deja no sólo de ser verdad, sino de revelarse porque es. Yo entonces, exaltadamente le decia que yo nunca me exaltaba, y nuestra negativa por lo obvio puede resultar tierno y simpático en el mejor de los casos, pero en su mayorìa, simplemente parecemos tontos. Por ejemplo, cuando queremos resaltar la inutilidad de alguien comunicàndole a otros su infinidad de fallas. Me he dado cuenta que no es posible quejarse de los errores de otros, o de las imperfecciones de cualquier situación injusta, sin dejarse en evidencia la falta propia.
Una verdad, es que si me pasa es porque yo lo hago posible, pero no porque no existiría si yo no estuviese, sino que me pasa lo mismo porque yo las creo, tengo la receta perfecta para caer con cierto tipo de persona o en situaciones tan particulares, conocidas y tan conocidas, que parecen replicas, y sin embargo, nosotros nos replicamos a nosotros mismos, siendo el ser humano (dicen) el único animal que comete el mismo error, dos, tres y cinco veces de la misma manera, terca y ciegamente, esperando obtener diferentes resultados. Pero hacemos así con todo, en vez de detenernos a mirar, si el mando de la tv no va, apretamos los botones con inisistencia, con tanta fuerza como si las ganas atravesaran la mecánica y dieran la instrucción de funcionar (¿Serà que alguna vez a alguien le diò resultado?)) . Pero la batería no revive con la insistencia, sino con carga, pero esto ya lo sabemos, lo que me pregunto es, ¿Por què lo hacemos?. Los problemas no se solucionan excepto con lo que hace falta.. pese a la insistencia, que más que solucionar, desgasta.
Y, otra verdad, es que siempre tenemos lo que hace falta, sentimos que hace falta un esfuerzo estratosférico, pero hace falta únicamente un pequeño movimiento posible que con la sombra de la imaginación aparenta ser gigante, pero aquí entre nos, no lo es. Es desagradable, es difícil, a veces si, pero es fructífero y es posible, y lo que se avanza con esfuerzo y consciencia se crea para siempre, y eso somos, eternidad.