Son personas que por ellas mismas están enamoradas de la vida. Viven disfrutando detalles y captando cosas que al resto se nos pasan por alto. No viven intensamente, viven sutilmente, hablan despacio, miran despacio, porque solo así pueden captar cosas que para el resto que miramos y vivimos de prisa ocurren sin darnos cuenta.
Es el milagro de alguien sonriendo, sonreír es un milagro, ser capaz de sentir amor es un milagro ?que otra especie en el mundo puede jactarse de amar de la manera en que podemos?
Es música sonando, un niño con su inocencia. Es el mundo mostrando bondad y yo presenciándolo. Lo mas importante: presenciándolo! Dándome cuenta de que existo para captar aquellos mensajes de amor y bondad que están por doquier. Dándome cuenta que yo misma soy amor y que dándolo el mundo se transforma en un lugar mejor. Grandes maestros lo han hecho; Mahatma Ghandi, Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, MariJose González (mi maestra y amiga), mi Madre. Si algo hemos llegado a concluir es que el amor incondicional sana, el ver a una persona y no sentir mas que ternura y admiración por ella sea cual sea su condición cura: me cura a mí y la/lo cura a el\ella.
Ser santos es algo tan humano y natural en nosotros como lo es enamorarse de otra persona. Si ser santo significa no dañar y dar amor.
Hoy soy cursi... Pero es que lo he visto y lo he comprobado, los cursis que viven disfrutando con los ojos abiertos y la mente consciente son más felices que los que no miran la vida con las gafas rosas puestas.