Es genético, pero también es social, el drama se crea, se pasa, y se multiplica en las manos correctas. Es como la papa caliente, quema, pero lo seguimos pasando hasta que incinera, y entonces si, hay que parar.
Y no podemos pararlo, o al menos, a veces pareciera tener vida propia, cuantas veces no hemos pensado: "yo no quería contestarle, pero no sé, se me salió", era justo ahí, antes de que se te saliera que debiste parar. No podemos negar que llegamos a formarte parte de él, pero ¡¿Cómo?¡
¿Cómo puedes ser parte de algo que te desagrada, y que encima, te daña? Bueno, asì como a veces nos quejamos del frìo pero cuando alguien nos pregunta por què no nos movemos, decimos: "Es que no me molesta tanto" o, " Me da pereza", otra forma de decir que en el fondo, no nos molesta tanto, o, en el mejor de los casos, que no sabemos còmo movernos de ahì....
Es difìcil, porque en "caliente", no se piensa, se reacciona, pero èse, es, el ÙNICO problema, reaccionar ante el drama, comprarlo, darle vida, es como decir que no te gusta una peli pero igualmente compras el boleto para el cine: ¡Què terrible lo que me han hecho! ¡Què terrible lo que me ha dicho!.... ¡Còmo puede ser que a alguien le guste crear tanto drama!, y es cierto, hay quienes viven en pantano, pero tambièn, hay quienes se sumergen cuando muerden el anzuelo: ¡Què terrible es quienes se meten en el drama, y lo multiplican!. Son el grupo uno, y el grupo dos, pero sin ambos, el drama no puede existir.
Es difìcil porque siempre tendemos a echar culpas, y dependiendo a quièn le preguntes, la culpa nunca fue suya...
No es importante tampoco averiguar quièn lo iniciò, aunque tengo fuertes sospechas que fue Adàn, y no Eva, pero en fin, EXISTE, y a veces queremos darle nombre, tiempo, o simplemente comernoslo, porque ¿por què no? un poco de indigestiòn nunca matò a nadie, pero bueno, tampoco nunca hizo bien, asì que tras una gran comilona de emociones negativas despifarradas, estoy por tomarme el antiàcido del BASTA! y quiero intentarlo, quiero renunciar a tomarme las cosas personales, o a mirar con una mirada corta, a hablar de lo que me hace daño, o de hablar mal de otros (pero a quièn miento), al menos, quiero tener la opciòn de elegir conscientemente cuàndo lo harè....
Y es que no hay otra opciòn màs que renunciar a èl. No puedes cuidar a los demàs, porque ellos pueden reaccionar libremente, su drama y su calma, les pertenece. No puedes evitar las situaciones que van a hacerlo brotar, porque la vida va a pasar, y el resto es justamente vivir, pero vivir con poder, con amor y con libertad (la libertad de elegir como accionar). Cada dìa, vuelve a amanecer, cada dìa, es una nueva oportunidad.
Sòlo al renunciar a lo que ya no es su tiempo se hace espacio para que entre lo mejor, que está del otro lado de la puerta esperando que salga....