Y lo mejor, todos los asistentes disfrutaron tanto que ya pedían cuándo podíamos hacer un curso para aprender mucho más sobre la Técnica Su Jok.
Al principio tuvimos el clásico problema de que el proyector no se conectaba al ordenador, y una de las asistentes tenía un fuerte dolor de estómago. Así que pasé a la práctica rápidamente, y en unos pocos minutos el dolor cedió y esta mujer pudo quedarse y disfrutar el taller.
Me encantó ver cómo durante la práctica, dos personas que estaban trabajando juntas y que cada una llevaba una molestia encima se pudieran ayudar a aliviar la molestia. No podían creer que ese dolor iba cediendo conforme la otra le iba trabajando la mano.
¡La magia del Su Jok!
Con un conocimiento básico y una buena disposición se puede conseguir lo que parece imposible.
Calculo que la media de edad de todos los asistentes estaba por encima de los 50. Había un gran deseo de aprender, y desde luego las terapias reflejas les encantaron.
Muchas gracias a todos los asistentes, y en especial a Paqui, Margarita y Elvira.